Luz. Eso es sin duda lo que transmite Adriana Abenia (36), con quien hemos hablado de cómo ha pasado estos últimos meses, en los que ha tenido también un problema de salud que afortunadamente se ha solucionado. Además, la presentadora nos habla de su relación con su marido, Sergio Abad, con el que lleva desde los quince años, cómo está su hija, Luna, y cuáles son sus deseos para 2021.
¡Qué susto nos has dado!
No podía salir nada bien en el 2020... La verdad es que debería haber sido más responsable, pero dejé pasar el tiempo y no acudí a las revisiones ginecológicas que me tocaban. Eso es fundamental para todas las mujeres y más en mi caso, que tenía el hándicap de que mi madre tuvo cáncer de mama. Total, que cuando al final fui al médico, me vieron un bulto en el pecho, me hicieron una resonancia y una biopsia y no quedó claro que fuera bueno… Así que me operé. Resultó ser un bulto bueno, grande y pillado a tiempo, poco común, pero que podría haber sido malo…
¿Algo así hace que te replantees tu vida?
Me di cuenta de que todo pende de un hilo. Somos más frágiles de lo que pensamos… Aunque, si te soy sincera, de cara a la cirugía, no me dio tiempo de pensar mucho.
¿Pasaste miedo?
Sí, la verdad. Además, me pilló en plena pandemia, tenía que ir sola al médico, y en esos momentos tan importantes te sientes poco arropada… Mi marido, Sergio, fue el que se puso más nervioso y aunque yo pensé que estaba tranquila, adelgacé cuatro kilos. Al final la mente lo rige todo.
También te has sometido a una operación estética...
He aprovechado para arreglarme el pecho y corregir ese vacío que a las mamás se nos quedan cuando damos a luz. Aquí me tienes con la banda que se utiliza para poder colocar las prótesis las primeras semanas tras la intervención)
Hoy hemos conocido a tu marido, Sergio. ¿Es cierto que nunca ha besado a otra chica que no fueras tú?
Nunca. Y espero que luego si me deja, no se le ocurra recuperar el tiempo perdido. Fue un flechazo. Me enamoré de Sergio el día que lo vi por los pasillos del instituto Corona de Aragón, en Zaragoza, con una mochila y un chándal azul y dije: “Este es para mí”. Yo tenía 14 años y me costó conseguirlo uno más. Él solo pensaba en el fútbol, no tenía la mente para conocer a ninguna chica. Era muy niño, pero cuando empezó todo, fue mágico. Hasta el día de hoy.
¿Pero no todo será de color de rosa?
Por supuesto que en una pareja se discute, tienes tus más y tus menos… El nacimiento de Luna fue una hecatombe. Acostumbrados a estar en pareja, a hacer lo que nos daba la gana, ir de restaurante, viajes…
Aún así, a pesar de llevar juntos desde de la adolescencia, tardasteis bastante en convertiros en padres.
Es que yo convencí de tal manera a Sergio de que ser padre era lo peor que te podía suceder en la vida... que claro, cuando quise que cambiara de opinión, no sabes lo que me costó… Fue una locura, decía que le dolía la cabeza todos los días... Pero mira, Luna ha sido lo mejor que he hecho en mi vida. Tendría a mi hija una y mil veces, y eso que he estado dos años sin dormir por su culpa. Luna hace honor a su nombre y es nocturna total. Aunque ahora todo está bien.
¿Cómo es tu hija?
Pues habla como como yo. Durante la pandemia nos ha mantenido ajenos a todo. y entretenidos. Se la ve una niña tan feliz… Nos ha dado la vida que, de alguna manera, nos ha arrebatado este 2020. En este momento mi objetivo es que Luna sea feliz. Hago los viajes pensando en ella, las comidas pensando en ella, me trago Disney en vena por ella… Toda mi vida se concibe en torno a esa personita que ha entrado a formar parte de una familia en la que éramos dos y en la que estábamos muy bien avenidos, pero ella ha puesto todo del revés, pero maravillosamente. Y no solo nosotros, los abuelos están que se mueren por ella.
Se te cae la baba...
Es que es un tesoro. También te digo que ojalá ella no se dedique a esto. Aunque si lo decide, pues bien hecho está. Me encantaría que tuviera una profesión normal. Una vida normal. Te lo digo sinceramente, porque yo vivo esto con mucha ilusión y me encanta, pero es una vida muy inestable. Nunca puedes hacer planes, no sabes lo que sucederá… Da salud mental tener tu horario, tu rutina, tu sueldo…
¿Tendréis la parejita?
La hermana de Sergio está embarazada de ocho meses. Así que Luna tendrá un primito que se llamará Martín, y será lo único que tenga, así que voy a hacer todo lo posible para que se lleven fenomenal.
Llevas más de una década dedicándote a esta profesión ¿Qué balance haces?
Llevo once años ya… Estoy feliz, porque desde el principio supe decir que no y parar a tiempo. Eso es importante. Coger fuerzas, rearmarte y seguir con la misma energía y con la misma magia con la que emprendí mi camino en televisión que, en este caso, fue algo que no busqué, sino que surgió de repente.
Has dicho que desde el principio supiste decir que “no” ¿Lo has tenido que repetir muchas veces?
Bueno, en el momento más álgido de mi carrera, cuando era reportera en Sálvame, llevaba mucho trajín: trabajaba mucho, no comía bien, apenas descansaba, y me puse malita. Mi madre me dijo: “Tienes que parar, Adriana”. Y en ese momento cuesta frenar en seco. Fue muy dulce, en cuanto a popularidad, pero me sirvió también para redirigir mi carrera. Necesitaba parar, para saber qué es lo que quería.
¿En qué proyectos te podemos ver actualmente?
Ahora mismo estoy muy feliz en Espejo Público, en Antena 3, pero a raíz de lo que te hablaba del 2020, se te pasan muchas locuras por la cabeza y de repente digo: “Pues me gustaría hacer algo de Interpretación”. De hecho, me han propuesto hacer ficción, es una opción que barajo para el 2021 y que me encantaría. Hubo una época que estudié con Juan Carlos Corazza, aunque nunca barajé esto, jamás en la vida. Pero ahora pienso: “¿Y por qué no?”.
Estamos en Navidades ¿Cómo las vas a pasar?
Para empezar, me voy a comer las doce uvas, bueno las 24, porque el año pasado no me comí las uvas, para que pasara algo extraordinario y mira…
La verdad es que sí.
A mí me encanta celebrar la vida, pero más que salvar la Navidad, tenemos que salvar la salud. Tenemos que ser responsables. Estoy aprendiendo a cocinar para hacer algo la en Nochebuena, porque no vamos a ir a ver a la familia, nos quedaremos los tres en casita. La vacuna está muy cerca y, ¿para qué jugársela?
Quedan dos semanas para despedir el año, ¿cuáles son tus deseos para nuestros lectores y para ti en particular?
Quiero y deseo con mucha fuerza que La Covid forme parte del pasado, como si todo hubiera sido un mal sueño y para mí, que Luna siga siendo tan feliz como lo es ahora.