La familia real española no es la única que vive días convulsos y con la atención mediática centrada en ellos y es que, como suele decirse, en todas las familias se cuecen habas y, siendo real, encima se las comen en público. Una nueva polémica no solo ha hecho tambalearse los cimientos de la misma institución en Holanda, sino que encima ha terminado por echar por tierra los planes del Rey Guillermo y de su mujer, Máxima de Holanda, cuando trataban de disfrutar de unos apacibles días de vacaciones en su residencia de Grecia junto a sus tres hijas.
Aprovechando un alto en sus ajetreadas agendas oficiales, los reyes de Holanda decidieron pasar unos días de descanso en plena temporada otoñal para desconectar de la rutina y alejarse de los problemas mundanos. No obstante, no eran conscientes de que con este gesto no solo eran poco considerados con aquellos que no pueden hacerlo, sino que además se estaban saltando las leyes de su propio país y dejando en entredicho las recomendaciones establecidas por sus líderes políticos y sanitarios. En resumen, un grave error que les ha granjeado un sinfín de críticas por parte de diversos colectivos de ciudadanos, que denuncian que sus soberanos han mirado tan solo por el bien propio, desatendiendo su responsabilidad.
El Rey Guillermo y Máxima de Holanda quisieron alejarse un poco de su país, también acosado por el avance del coronavirus entre sus ciudadanos. Para poder disfrutar a cuerpo de rey alejado de la atención mediática, optaron por salir del país y refugiarse el pasado viernes a su villa de Kranidi, en la península del Peleponeso. No obstante, poco o nada pudieron disfrutar, porque su viaje ha terminado tan solo 24 horas después de emprenderlo, porque la repercusión mediática que las críticas a su estampida les han obligado a rehacer las maletas y volver a confinarse en palacio, como así hace gran parte de su población para dar ejemplo y, de paso, para no favorecer la propagación del coronavirus.
Guillermo y Máxima de Holanda se saltan las normas
Las recomendaciones del gobierno holandés eran bien claras de cara a plantarle frente al avance del coronavirus: se recomendaba no salir de casa y no realizar viajes innecesarios. Además de ser una recomendación, para muchos era una imposición, dado que también en los Países Bajos existen restricciones parciales de la movilidad como en España. Pese a todo ello, los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda desoyeron estas premisas y decidieron viajar a Grecia para disfrutar un poco de libertad alejados de la atención mediática. Lo que no esperaban es que con su escapada exprés iban a conseguir precisamente lo contrario, hacer que todas las miradas se centrasen en ellos y meter tanta presión, que sus vacaciones llegaron a su fin tan solo un día después de llegar y con la maleta aún sin deshacer tener que regresar.
Así lo han informado a través de un breve comunicado de prensa desde el gabinete de comunicación de la Casa Real holandesa. “Abortamos nuestras vacaciones. Hemos visto la reacción de la gente en la prensa, es intensa y nos afecta. No queremos dejar ninguna duda al respecto: para que el Covid-19 esté bajo control es necesario que se sigan las pautas y el debate sobre nuestras vacaciones no ayuda”, anunciaban. Y es que su viaje a Grecia no podía llegar en peor momento, pues horas antes de tomar el vuelo el Gobierno holandés suplicaba a sus ciudadanos que debían concienciarse y no realizar viajes innecesarios y permanecer en sus casas el mayor tiempo que les sea posible. Mientras, sus reyes se iban de vacaciones.
La polémica no se hizo esperar y ha dado resultado: todos en casa. Y es que las críticas no solo se centraron en la primera familia holandesa, sino también en los gobernantes, quienes debían estar informados de estos movimientos privados de la familia. Así, se ha conocido que efectivamente el primer ministro, Mark Rutte, estaba informado de estos planes, pero no el viceprimer ministro, Huge de Jonge, quien fue precisamente quien tuvo que hacer frente a la polémica en una rueda de prensa, respondiendo a las preguntas sobre esta incómoda posición que los reyes les habían colocado. Así, el propio viceprimer ministro no tardó en descolgar el teléfono para llamar al mismísimo Rey Guillermo, para notificarle personalmente de que sus vacaciones a Grecia eran un despropósito en plena pandemia y que debían llegar a su fin cuanto antes, previo paso por entonar el ‘mea culpa’ público. Así han hecho, han regresado a palacio, han pedido perdón, han solicitado al pueblo que no sigan su ejemplo y, como resultado final, todos en casa a la espera de mejores noticias.