La reina Isabel II de Inglaterra fue una de las monarcas que más residencias ha acumulado en su patrimonio a lo largo de su reinado y todas ellas se encuentran en uso, ya sea como residencia de su extensa familia real o como oficinas reales. Castillos, palacios y mansiones, además de extensas fincas agrícolas y campos, son las propiedades que componen la herencia que la reina Isabel recibió de su padre, el rey Jorge VI, y que ya forman parte del patrimonio de su hijo, el rey Carlos III de Inglaterra.
Aunque la reina fuera dueña de la mayor parte de todas sus propiedades, existen ciertos límites legales en relación a estos palacios y castillos. La mayoría pertenecen al Estado y éste las gestiona a través de una institución denominada Crown State. El Palacio de Buckingham o el Castillo de Windsor pertenecen a ella y solo recibe una pequeña parte del beneficio que generan. Sin embargo, por un acuerdo que firmó el rey Jorge III hace 250 años, la Familia Real británica tiene derecho al uso y disfrute de todo ese patrimonio al completo y sin restricciones.
El Palacio de Buckingham en Londres
La reina vivió en el Palacio de Buckingham hasta casi antes de su fallecimiento, cuando decidió cambiar su residencia fija al castillo de Balmoral el cual tuvieron que adaptar para cubrir las necesidades de la reina. Aún así, este palacio es sin duda, la joya de la Corona británica: el palacio de Buckingham se ha convertido en el punto central de la monarquía británica desde 1837, cuando se trasladó a él la Reina Victoria.
Dentro de sus muros, cuenta con 775 habitaciones y 78 baños, entre muchas otras estancias como una piscina cubierta y una sala decine. Está abierto al público para poder ser visitado durante una parte del año. Cuando la bandera británica ondea en lo alto de su mástil significa que los monarcas están dentro de él.
La residencia de Clarence House
Esta es una de las residencias más utilizadas por los monarcasantes de optar a su título real de alto rango. La reina Isabell II estuvo viviendo junto a su marido Felioe de Edimburgo en Clarence House hasta su nombramiento como reina que pasó a vivir en el Buckingham Palace. Tras ella, su hijo Carlos III asentó allí su residencia junto a Camila Parker Bowles hasta su coronación como rey de Inglaterra. Esta residencia se encuentra muy cerca del Palacio Real, enclavado en la avenida que une Buckingham y Trafalgar Square, donde se sitúan también las oficinas de su casa.
El Palacio de Kensington
En el pasado, esta residencia era la vivienda fija de la familia real hasta que la reina Victoria decidió trasladar la corte al Buckingham. Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, ocupan uno de los apartamentos más amplios del palacio, tras ser sometido a una costosa remodelación. En él residen también algunos familiares de la reina como el príncipe Michael de Kent y su esposa o los Duques de Gloucester. Diana de Gales también vivió en este palacio tras separarse del príncipe Carlos, con Guillermo y Enrique. Y la princesa Margarita también se hospedó en él tras casarse con Lord Snowdon. También vivió Enrique hasta su matrimonio con Meghan Markle.
El Palacio de St. James
El Palacio de St. James está situado en la capital londinense. Fue construido por el rey Enrique VIII y fue la residencia real durante más de 300 años. Hoy en día sigue siendo la sede oficial de la Corona, por la larga trayectoria histórica con la que cuenta. Tanto es así, que la misma corte británica se llama la Corte de Saint James. En este palacio viven la princesa Ana de Inglaterra, la princesa Beatriz, hija del Príncipe Andrés, con su marido, Edoardo Mapelli, y la princesa Alejandra de Kent, prima de la reina.
El Castillo de Windsor
El Castillo de Windsor ha sido residencia de los reyes británicos durante los últimos 900 años y es el castillo en uso más grande del mundo. Está muy cerca de Londres y, por esta razón, es donde la reina ha elegido fijar su residencia permanente en varias ocasiones. Dentro del castillo se han celebrado importantes eventos en la capilla de San Jorge: desde la bendición del matrimonio del príncipe Carlos y Camilla Parker, al enlace del príncipe Eduardo con Sophie Rhys-Jones, el del príncipe Enrique y Meghan Markle o los de varias de sus nietas, como las princesas Beatriz y Eugenia y Lady Gabriella Windsor. En esta capilla también se han celebrado los funerales como el de Felipe de Edimburgo.
Trágicamente, en 1992 el castillo fue parcialmente destruido por gran un incendio. Aquella catástrofe, que acabó con valiosas obras de arte, fue la culminación del "annus horribilis", como lo definió la Reina, en el que vio la luz la autobiografía de Diana, escrita por Andrew Morton y ocurrieron todo tipo de escándalos que afectaron a la familia real británica directamente, justo cuando se celebraban 40 años de la coronación de Isabel II.
La mansión de Royal Lodge
Esta mansión fue un regalo del pueblo de Gales a la entonces princesa Isabel, en 1932 y fue donde falleció la reina madre en 2002. Royal Lodge está situada en Berkshire, a escasos kilómetros del Castillo de Windsor, y es una construcción del siglo XVII dondetiene su residencia el príncipe Andrés, antes de que huyera a Balmoral, y su exesposa Sarah Ferguson, así como la princesa Eugenia con su marido, Jacques Brooksbank. En los alrededores del Castillo de Windsor se encuentra también Bagshot Park, una residencia donde viven el príncipe Eduardo, hijo menor de la reina, y su familia.
Los castillos de Balmoral y Sandringham
Estos han sido los dos castillos y las dos residencias favoritas de la reina Isabel II donde decidió pasar lo últimos días de su vida hasta su fallecimiento en el Castillo de Balmoral, situado en su querida Escocia. En este castillo, es donde la familia real británica disfruta de sus vacaciones de verano y en el Castillo de Sandringham, donde celebran las fiestas de Navidad.
El Castillo de Balmoral fue comprado por la reina Victoria y lo consideraba su paraíso personal, ya que está situado dentro de una parque natural de gran belleza superando las 20.000 hectáreas. En cambio, Sandringham la compone una finca de 8.000 hectáreas en la que trabajan más de 200 personas. Este castillo fue construido por Eduardo VII, es donde la Familia Real se refugió durante la segunda Guerra Mundial.
El Palacio de Holyroodhouse
Una de las propiedades más desconocidas de la reina puede que sea su Palacio de Holyroodhouse. En el pasado, fue un monasterio fundado en el año 1128 y era la residencia oficial de la reina cuando estaba de visita en Edimburgo. Cada año, la reina tenía como tradición celebrar allí una recepción para unos 8.000 invitados con la que agasajaba a la alta sociedad escocesa.