Este fin de semana ha tenido lugar una de las bodas del año. Marta Luisa de Noruega se ha dado el 'sí, quiero' con el chamán Durek Verret. Su relación ha estado en el foco de la noticia desde sus inicios, ya la hija de los reyes Harald y Sonia cambió de vida por completo tras su separación de Ari Behn, con quien estuvo casada entre 2002 y 2017 y es padre de sus tres hijas: Maud Angelica, Leah Isadora y Emma Tallulah.
La boda de Marta Luisa de Noruega Durek Verret también ha sido muy polémica por haber vendido los derechos para un documental. Para seguir con el estilo Hollywoodiense, la pareja, quien contó con varios rostros conocidos entre sus invitadas, vendió las fotos del enlace a una revista, algo que no gustó nada a la familia Real.
Tras conocerse la exclusiva que daría el matrimonio, se puso en duda que la Familia Real noruega asistiera al evento. Ya que a toda esta polémica se suma el caso del hijo de la Princesa Mette-Marit, quien ha sido acusado recientemente de agresión a una joven. Pero, contra todo pronóstico, el príncipe heredero, así como sus padres, su mujer y sus hijos, no se pedieron el enlace de la temporada. Con los trajes regionales de su país, los miembros de la casa Real acudieron al acto.
Cambios en la Casa Real de Noruega tras la polémica boda
El hecho de que la Familia Real haya asistido al enlace, no significa que apruebe todos los movimientos de Marta Luisa. Por ello, su padre, el Rey ha tomado una decisión y ha querido dejar claro quién sí y quién no pertenece a la Casa Real. En su caso, como en otras monarquías europeas, se considera parte de este grupo a todos los familiares directos del Rey como el Príncipe heredero, las princesas y las infantas. Siendo el resto de familiares, como las hermanas o nietos no fruto del heredero, considerados como la 'Familia del Rey', quienes pueden acudir a actos oficiales o no.
Sin embargo, tras la boda de Marta Luisa de Noruega, algo ha cambiado. En la página web se explica quiénes pertenecen a la Casa Real y en lugar de añadir perfiles, estos han sido retirados, según indica 'Lecturas'. Al entrar en la página oficial de la familia, el mensaje es claro: "La Casa Real de Noruega pertenece a la Casa de Glücksburg. Los miembros de la Casa Real Noruega son Sus Majestades el Rey Harald y la Reina Sonia y Sus Altezas Reales el Príncipe Heredero Haakon, la Princesa Heredera Mette-Marit y la Princesa Ingrid Alexandra", indica el texto de presentación, al que se añade una pequeña biografía de cada uno de ellos. Así como la imagen oficial, la cual pertenece a un acto de este mismo año.
Posteriormente, hay un nuevo enlace. "Además de los miembros de la Casa Real, Su Alteza Real el Príncipe Sverre Magnus, Su Alteza Real la Princesa Märtha Louise y Su Alteza Real la Princesa Astrid también ostentan títulos reales", indica el texto, haciendo una clara distinción entre quién sí y quién no pertenece a la Casa Real noruega. En este apartado no se recoge el nombre del esposo de Marta Luisa ni aparecen sus hijas. Tampoco está Marius, el hijo mayor de Mette-Marit, quien hasta hace unos días contaba con su propia ficha.
Críticas a Marta Luisa de Noruega por su vestido de boda
Por si la boda fuera poco polémica, Marta Luisa intentó proteger el secreto de su vestido hasta el último momento, ya que quería preservar algunos detalles para su exclusiva. Para ello, se tapó con una gran sábana blanca que impedía que su look fuera visto por los fotógrafos que acudieron al evento. Sin embargo, la princesa no consiguió su objetivo, ya que en un momento dado su escondite se abrió, dejando ver el vestido y el ramo de la hija del Rey Harald en su gran día.
La prensa del país se sorprendió con su look. "Va vestida de novia en color blanco. Ha llevado velo y todo el conjunto. Es algo completamente diferente de lo que muchos habían pensado y de lo que los expertos en moda habían predicho", ha afirmado Ida Elise Eide Einarsdottir, directora de moda de la revista noruega KK. Ha destacado que lo más llamativo es que haya optado por un diseño de corte tradicional. "Es irónico que esto sea lo que nos sorprende", indicaba. Otra experta en moda, Marianne Jemtegård, se mostraba perpleja ante el traje nupcial. "Un gran vestido de novia tradicional con un velo largo que simboliza la virginidad y a menudo implica el primer enamoramiento de la juventud. A varias de nosotras se nos atragantó el champán en la garganta cuando vimos el vestido", bromeaba tras ver el look de la princesa para la ceremonia.