Las alarmas se han disparado en la Familia Real británica, tras la muerte de uno de los perros de la princesa Eugenia de York. Bien podría tratarse simplemente de una triste noticia, que asola a la familia en menor o mayor grado por el amor que atesoraban a este miembro del clan.
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Preocupación por la muerte por envenenamiento
Sin embargo, su fallecimiento se está convirtiendo en una cuestión más seria, si tenemos en cuenta que entre las posibilidades que se barajan a su muerte está el envenenamiento intencionado y que, entre las cábalas, esté que la posibilidad de que el objetivo era bien distinto.
Intoxicado tras un paseo por Windsor
La princesa Eugenia de York, hija mayor del príncipe Andrés, está desolada tras la muerte de su perrito Orange. Se trata de un perro de raza Nortolk Terrier que se puso gravemente enfermo días atrás, nada más regresar de un paseo por los jardines de Windsor.
Eugenia de York decidió sacrificarle
Su estado no mejoró, poco a poco la afección iba a mayores y su vida corría peligro. Estaba agonizando y por ello Eugenia de York finalmente dio su consentimiento al veterinario a que su fiel compañero fuese sacrificado.
Peligrosas dudas: ¿Quién le envenenó?
Ahora bien, después de la despedida, comienzan los interrogantes: ¿qué le pasó? Tal y como señalan numerosos medios británicos, tras el fallecimiento del perro de Eugenia de York se ha iniciado una discreta investigación, dado que todo apunta a que ha sido envenenado. Esto podría ser fruto de un accidente, dado que podría haber ingerido una seta venenosa o cualquier tipo de sustancia durante su paseo.
¿Corre peligro la familia?
Eso sí, si se trata de una sustancia peligrosa, tal y como ha desvelado un amigo íntimo de la princesa a los medios: ¿corre peligro la familia? ¿quién la dejó en este espacio privado?
Miedo por sus otras 4 mascotas
Mientras las pesquisas siguen su curso, Eugenia de York tan solo piensa en su pérdida y teme que esto mismo le pueda suceder a alguna de sus otras cuatro mascotas.
No es la primera vez que sucede
No es la primera vez que un perro de la familia real británica es víctima de un envenenamiento intencionado. Tal y como se desvelaba en un documental de Netflix, un guardia real decidió vengarse del acoso que sufría por parte de uno de los corgis de la Reina Isabel II: “Algunas veces, los empleados de Buckingham acaban hartos de los perros, porque no paran de mordisquearles los talones. Normalmente no pasa nada grave, pero en este caso, uno de ellos decidió vengarse y lo envenenó, lo que provocó la furia de la Reina”.
Los corgis siempre han sido su raza fetiche