Lady Gabriella Windsor, como cualquier novia que se precie, ha cumplido con la tradición de mantener en secreto el vestido de su boda con Thomas Kingston hasta el último minuto. Es una norma de toda ceremonia que se precie, que convierte a la novia en la auténtica protagonista del día, por encima de cualquier invitado –por muy mediático que sea-, e incluso por delante del que está llamado a ser su marido instantes después.Todas las fotos: Meghan Markle planta a Harry en la boda de su 'prima'
La novia ha llegado del brazo de su padre
Lady Gabriella Windsor ha contado con su padre, el príncipe Michael de Kent, como padrino de su boda. Ha llegado a la capilla de St. George de Windsor cogida de su brazo y ha salvado los escalones que le separaba de la carretera al templo sosteniéndose en él.
El romántico vestido de la novia
Como cabría esperar, el vestido nupcial elegido por Lady Gabriella Windsor para pronunciar el ‘sí, quiero’ que la convierte en una mujer casada con un vestido clásico de lo más romántico. Este tipo de enlaces, que tiene como protagonistas a la familia directa de la reina Isabel II, no da lugar a grandes escotes o demasiada modernez en lo que al estilo nupcial se refiere.
Desgranamos el vestido, al detalle
Se trata de un vestido romántico en cuya etiqueta se puede leer la firma italiana Luisa Beccaria. Mucho se ha especulado sobre la casa a la que le habría encargado el modelito o los detalles del mismo, pero finalmente la sencillez se ha impuesto, con el blanco radiante como tono predominante, aunque con algún detalle en rosa palo. Unas delicadas mangas de encaje sobresalían del vestido de Lady Gabriella Windsor, cuyo encaje recorría el vestido hasta el escote barco, muy discreto.
Un velo de casi seis metros de largo
Uno de los detalles más destacados del vestido de novia de Lady Gabriella Windsor ha sido su velo. La tela vaporosa arrastraba por el suelo, mientras que sus amigas se afanaban para que luciese en todo momento perfecto para las fotos. Tenía 6 metros de longitud, por lo que la tarea no fue sencilla, pero el resultado bien ha merecido la pena.
Se desvela el misterio de la tiara
Una de las grandes incógnitas del enlace, junto al vestido, y que más ríos de tinta han provocado en la prensa británica era la elección de la tiara. Ya se había puesto sobre la pista de que Isabel II no le iba a dejar ninguna tiara, algo que finalmente se ha confirmado con su llegada a la capilla. Se ha decantado por una tiara de la princesa Marida, abuela de la novia.
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