Ante los escándalos que han salpicado al Príncipe Andrés, a la Familia Real británica no le ha quedado más remedio que apartarle de algunos de sus compromisos al frente de la Corona. Del mismo modo que lo fue para Isabel II, para el Rey Carlos salvaguardar la institución es lo primero, y es por ello que, aunque guarde cariño a su hermano, prefiere mantenerle en un discreto segundo plano. Por ello, el duque de York reside en Royal Lodge y apenas salen a relucir sus movimientos privados.
Es un hecho que el Rey Carlos ha intensificado los esfuerzos para desalojar al Príncipe Andrés de Royal Lodge, y tanto él como Sarah Ferguson temen ser expulsados de su casa. Por ello, un amigo aseguró a The Times que el duque de York se ha convertido en un “prisionero de su propio orgullo”, y se niega a ceder a los deseos del monarca británico. Aun así, vive una vida un tanto compleja en su hogar, que cuenta con todo tipo de comodidades para sus huéspedes. Entre ellas, 30 habitaciones con mucho espacio para el entretenimiento y siete dormitorios repartidos en dos pisos superiores. Es tan grande, que incluso sus hijas, Beatriz y Eugenia, pudieron celebrar allí sus respectivas bodas.
Así es el interior 'descuidado' de Royal Lodge, el hogar del Príncipe Andrés
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, e Ingrid Seward confesó a Fabulous que “no es un palacio”, sino más bien “una gran casa de campo”: “El interior es de elegancia clásica y está lleno de hermosos puebles y alfombras antiguas. Además, sobre la pared cuelga una pantalla de televisión gigante del Príncipe Andrés junto a fotografías de la colección real”. Por si fuera poco, “siempre hay flores frescas en las habitaciones principales, y hay un hermoso jardín bien cuidado con piscina”. También tiene un gran salón, conocido como “sala formal”, y un invernadero con cabaña de jardinero, otras seis cabañas, y alojamiento para la policía que se encarga de la seguridad.
En el día a día del Príncipe Andrés cobra un gran protagonismo su mayordomo. El trabajador se ha convertido en una de las personas de mayor confianza para el duque, pues le tiene a su entera disposición. Cuando alguien llega, “el mayordomo abre la puerta y ofrece un refrigerio a los invitados, y también hay cocinera y ama de llaves”, revelaba Seward. El hermano del Rey Carlos también cuenta con personal para el exterior de Royal Lodge: “Los terrenos están bien cuidados y, a menos que Andrés se haya dedicado a la jardinería, exigen la atención de al menos un jardinero a tiempo completo”.
Además, el Príncipe ha hecho de la hípica su principal vía de escape. Se dice que monta a caballo todos los días para “salir de casa”: “Él va a montar a caballo todos los días desde las caballerizas reales en el castillo de Windsor, y ese pasatiempo lo está ayudando a salir de casa (…) Ha dejado de intentar demostrar su inocencia ante los tribunales y, en cambio, se concentra en mejorar su estado de ánimo”, ha asegurado Ingrid.
Con el paso de los años, Royal Lodge ha sufrido los daños propios del tiempo, por lo que “necesita reparaciones exhaustivas” que están valoradas en unas 400.000 libras esterlinas al año. Esto serían casi 500.000 euros, una cifra muy alta que quizá, el Príncipe Andrés, con su complicada situación, no está dispuesto a pagar. Según ha podido saberse, ya ha pagado 7 millones y medio de libras en reparaciones, pero no puede seguir haciéndose cargo de las facturas. Esto es porque The Sun informó de que la casa necesita reparaciones valoradas en dos millones que el duque se niega a pagar. Es por ello que no resulta extraño que hayan salido a relucir imágenes en las que, las paredes exteriores de la mansión, se caían a cachos y contaban incluso con moho.
El Rey Carlos, dispuesto a arrebatar al duque de York su tesoro más preciado
Por ahora, se desconoce si los días del Príncipe Andrés en Royal Lodge están contados, o si, por el contrario, el Rey Carlos está dispuesto a darle una oportunidad. Hace tan solo un año, ambos se enfrentaron porque el monarca estaba dispuesto a desalojar al duque de York de su casa. Los planes del soberano eran que el Príncipe Guillermo y su familia se mudaran a la propiedad en cuestión, aunque finalmente no ha sucedido. Por su parte, el exmarido de Sarah Ferguson prometió a su hermano que se haría cargo de las reparaciones del lugar, algo que no ha hecho y que ha enfadado al hijo de Isabel II.