La princesa Latifa de Dubái, hija del emir de dicho país árabe, ha hecho saltar todas las alarmas. En unos vídeos 'secretos' lanza un grito de auxilio, en los que asegura ser una "rehén" secuestrada por su propia familia y que incluso teme por su vida. La joven se las arregló para enviárselos a algunos amigos y a su vez la cadena BBC Panorama los ha hecho públicos. Ella señala directamente a su padre como el causante de su encierro. "Todos los días estoy preocupada por mi seguridad y por mi vida. No sé si voy a sobrevivir a esta situación", afirma, desesperada, pidiendo ayuda.
La princesa, de 35 años, huyó de su país en primer lugar a los 16 años, y lo volvió a intentar el 24 de febrero de 2018, con un plan largamente organizado con ayuda de su amiga Tiina Jauhiainen, entonces su profesora de artes marciales. Tomaron un barco y una moto acuática y desde Dubái se adentraron en aguas internacionales para ir al encuentro del empresario francés Herve Jaubert, que las esperaba en un yate con bandera estadounidense.
Sin embargo, ocho días después, a la altura de India, fueron interceptadas antes de llegar a su objetivo y el bote fue abordado por unos comandos. Jauhiainen afirma que se lanzaron granadas de humo para forzarlas a salir de su escondite en el baño debajo de la cubierta y que fueron retenidas a punta de pistola. A continuación Latifa fue detenida y encerrada en lo que llaman la "villa".
Aproximadamente un año después de su captura, la princesa pudo grabar unos angustiosos vídeos con un teléfono móvil que alguien le pasó, pidiendo auxilio encerrada en un baño. En el relato de su historia decía que unos agentes enviados por su padre la interceptaron cuando trataba de escapar en la embarcación, que la drogaron y la llevaron de vuelta a casa sin su consentimiento. Asegura que vive entre barrotes y custodiada por siete guardias policiales. Ella no es la primera de la familia en haber intentado escapar del ámbito paterno; ya su hermana mayor, la princesa Shamsa, quiso huir en el año 2000, pero tampoco tuvo éxito. El jeque de Dubái tiene 30 hijos de seis esposas.
Ante el ahora reiterado silencio de Latifa, sus amigos se han mostrado muy preocupados y han decidido filtrar los mensajes para darlos a conocer al mundo. En dichas imágenes la princesa cuenta que peleó con los soldados en el bote "pateando y luchando", llegando incluso a morder el brazo de uno de los oficiales emiratíes hasta que gritó. Fue sedada y perdió la conciencia, mientras era trasladada en un avión privado de regreso a Dubái. Allí es una cautiva en solitario, sin asistencia médica o legal y constantemente vigilada. "Quiero ser libre y no sé lo que intentan hacer conmigo", dice.
En su momento, el entorno del jeque Mohammed bin Rashid al Maktoum, mandatario de Dubái y vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos (donde, por cierto, se encuentra el Rey Juan Carlos), comentó que la princesa estaba en un lugar seguro al cuidado de su familia, dejando caer que tenía ciertos problemas psicológicos o un trastorno bipolar. Recordemos que el mandatario volvió a ser protagonista de la polémica tras la huida a Londres en 2019 de su esposa, la princesa Haya de Jordania, con los dos hijos del matrimonio.
Allí la hermana del rey Abdullah de Jordania solicitó la custodia de sus hijos, además de pedir una orden de alejamiento y protección contra el jeque. El Tribunal Superior de Londres falló en 2020 a favor de Haya de Jordania, calificando de "deshonesto" al jeque de Dubái y considerando probado que él "ordenó y orquestó el retorno obligado de su hija Latifa a la casa familiar en Dubái" en 2002 y 2018, lo que hizo albergar esperanzas para la joven. Sin embargo, nada ha ocurrido con ella desde entonces.
Los amigos de la princesa Latifa, Tiina Jauhiainen, su primo materno Marcus Essabri y el activista David Haugh, han puesto en marcha la campaña Free Latif
Free Latifa (Liberen a Latifa) y han trasladado su preocupación a instancias mayores, reclamando a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que intervenga en la cuestión.
En su momento, hace tres años, acudió a la llamada la entonces enviada especial en Derechos Humanos de la ONU Mary Robinson (también expresidenta de Irlanda), quien describió a la joven como "una joven mujer con problemas", pero ahora parece haber cambiado de opinión y sostiene que ha sido "horriblemente engañada" por la familia de la princesa, según publica la BBC. "Sigo muy preocupada por Latifa. Las cosas han cambiado. Pienso que debe investigarse", ha declarado Robinson.