La reina de los Países Bajos ha cogido impulso y su agenda oficial de esta semana está repleta de actividades. Así hemos podido disfrutar de apariciones públicas todos los días, en las que Máxima ha realizado todo un despliegue de color con sus estilismos. Esto no es nada nuevo en ella, pues su marca de estilo radica precisamente en la apuesta por diseños potentes y llamativos, que a menudo adorna con grandes joyas y complementos. Durante sus últimos compromisos ha vuelto a demostrarlo.
La soberana comenzó el mes acudiendo a la inauguración de la Bienal Infantil en el Museo Groninger, que recoge los trabajos artísticos de un destacado grupo de pequeños. Para esta cita Máxima escogió un conjunto rosa chicle, tan de moda esta temporada, aunque para ella era repetido. Una blusa y pantalón fluidos de la firma Natan que combinó con una pamela de rafia naranja y originales pendientes y collar de perlas con forma de flor de coral y brillantes de la prestigiosa joyería Van Cleef&Arpels, además de fular, cartera y guantes.
Para su siguiente aparición pública, la entrega de los premios Apples of Orange, Máxima de Holanda subió el tono pasando al intenso azul de un elegante vestido midi camisero, también de Natan, que potenció con unos pendientes largos de turquesas. La ceremonia tuvo lugar en el palacio Noordeinde de La Haya y allí estuvo acompañada por su marido, el rey Guillermo. Esta edición de los galardones estaba dedicada a la Fuerza Mental y a la protección de los colectivos más vulnerables psicológicamente. Por cierto, la figurita de los premios está diseñada por la princesa Beatriz, suegra de Máxima.
La reina holandesa continuó al día siguiente en una versión más 'casual', pero igualmente atractiva. En este caso, visitó en Ámsterdam la Orquesta Real Concertgebouw, de la que es patrona de honor. Lucía un conjunto de chaqueta con cinturón por encima y un pantalón culotte en un microestampado marrón y naranja junto a unas sandalias de tiras y tacón cuadrado que dejaban al descubierto su pedicura roja.
Gtres.Y para la última cita de la semana, Máxima de Holanda prosiguió con pantalones culotte anchos y un top con llamativos apliques florales, a juego con una diadema con volumen, de nuevo de Natan. En este caso acudió a visitar las nuevas instalaciones del Hesselink Koffie, una conocida empresa familiar que abrió como café en 1885. La soberana incluso se animó a plantar en su jardín con gestos muy espontáneos.
Por otro lado, Máxima de Holanda no se ha separado en todos estos días de unas piezas muy especiales: se trata de dos pulseras, una fina de oro y otra de oro y diamantes, que llevan las iniciales de sus hijas. Parecen ser un regalo por su reciente 50 cumpleaños, que celebró el pasado 17 de mayo, y ya se cuentan entre las favoritas de su joyero.