Se avecina tormenta en el universo de la realeza y tiene como centro al príncipe Andrés de Inglaterra y Virginia Giuffre. Él es de sobra conocido, el tercero de los cuatro hijos de la reina Isabel. Ella, la mujer que le ha puesto en jaque al presentar una demanda en la que le acusa de abusos sexuales. Los últimos acontecimientos han refrescado este turbio asunto, pero esta vez parece que la joven no es la perdedora.
Como ya hemos informado estos días, el príncipe Andrés pretendía zafarse de esta demanda y evitar ir a juicio. Para ello sus abogados presentaron una moción ante la Corte de Nueva York, donde se investiga la causa, presentando un acuerdo firmado por la propia Virginia Giuffre en 2009 con el magnate Jeffrey Epstein, organizador de una oscura trama sexual, por el que exoneraba en un futuro al financiero y a "otros acusados potenciales" de ser llevados ante la justicia. A cambio, Virginia recibió medio millón de dólares.
El equipo legal del duque de York pretendía ampararse en esa frase, pero el juez Lewis A. Kaplan ha hablado alto y claro y hace un par de días desestimaba la petición "en todos sus aspectos", afirmando que ese acuerdo a él, en concreto, no le otorgaba ningún derecho extra.
Con esta decisión dejaba vía libre a la celebración del juicio (previsto para el próximo otoño) y acorralaba a un Andrés de Inglaterra más que nunca en la encrucijada.
Si no llega antes a un acuerdo económico con la demandante, el príncipe tendrá que sentarse en el banquillo. Y parece que eso es justo lo que desea Virginia Giuffre, quien después de ser cuestionada, al fin ve una oportunidad para ser escuchada. No se trata de millones (o no solo), sino de presentar su verdad en los tribunales.
Andrés siempre ha negado estos hechos. Incluso llegó a decir, en una desastrosa entrevista en la BBC en 2019, que no "recordaba" haber conocido a esta mujer. Mientras tanto, por todos los medios corría una reveladora foto tomada en aquella época, en la que ambos miran a cámara sonrientes, mientras él la tiene abrazada por la cintura.
Al día siguiente de conocerse esta noticia, era la reina Isabel la que remataba la caída en desgracia de su hijo al retirarle todos sus títulos militares y hasta el tratamiento de Alteza Real. Andrés ya dejó de representar a la Familia Real británica en la vida pública a finales de 2019, a raíz de saltar su implicación en el escándalo del pedófilo Jeffrey Epstein, su amigo condenado y que se había suicidado en prisión ese mismo verano.
"BUSCO EXPONER LA VERDAD"
Faltaba por hablar la propia Virginia Giuffre y lo hizo apenas unas horas más tarde de hacerse pública la medida de la reina Isabel a través de sus redes sociales. "Estoy contenta, porque tendré la oportunidad de exponer la verdad. Estoy profundamente agradecida a mi extraordinario equipo legal. Su determinación me lleva a buscar justicia ante aquellos que me hirieron y tantos otros".
"Mi objetivo siempre ha sido demostrar que los ricos y poderosos no pueden estar por encima de la ley y que deben rendir cuentas. No estoy sola en mi camino, sino junto a los incontables supervivientes de abuso y tráfico sexual".
La mujer, que ahora tiene 38 años, asegura que fue forzada por Jeffrey Epstein a mantener tres relaciones íntimas con el príncipe Andrés en 2001, cuando tenía 17 y era menor de edad. Según ella, se produjeron en las casas que poseía el financiero en Nueva York, Islas Vírgenes y Londres, y que Andrés sabía perfectamente qué edad tenía ella.
Andrés, que en su día era percibido como el favorito de los cuatro hijos de la reina Isabel, ha provocado una nueva crisis en el seno de los Windsor, justo cuando la soberana va a celebrar su Jubileo de Platino por sus 70 años en el trono. Mientras tanto, él se enfrenta ahora al peor momento de su vida pública y privada.