La reina Isabel cumple 93 años convertida en la monarca más longeva del mundo y en la que más años lleva ciñéndose la Corona. Una corona que, por el momento, no parece dispuesta a quitarse, para disgusto de su hijo mayor, el príncipe Carlos, que se ha pasado a ostentar el título de eterno príncipe. A diferencia de su marido, el duque de Edimburgo, Isabel II no tiene ninguna intención de jubilarse y, aunque su ritmo de trabajo no es tan intenso como antaño, la monarca sigue al pie del cañón.
Un reinado casi mítico
Con casi siete décadas de reinado, la británica ha acumulado un sinfín de anécdotas y curiosidades a sus espaldas, que han hecho de ella todo un símbolo de la Gran Bretaña y que hoy, con motivo de su onomástica, vamos a descubrir.
Una gran viajera, sin pasaporte
Ha viajado por casi todo el mundo, pero no tiene pasaporte.
Novia de posguerra
Se casó en una época complicada, en 1947, en plena posguerra y pagó su vestido de novia con cupones de racionamiento.
Reina de cera
Es el personaje del que más figuras de cera ha hecho el museo de Madame Tussaud's. Más de 20.
Cabeza de la Iglesia
Además de Jefa del Estado, es la cabeza de la Iglesia Anglicana, algo que le debe a su antepasado, el rey Enrique VIII.
Sin permiso de conducir
A la Reina no le hace falta el permiso de conducir. Normalmente conduce por sus propiedades y aprendió a hacerlo durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, desde el accidente de su marido hace unos meses ha decidido renunciar a conducir en vías públicas.
Doble cumpleaños
Su cumpleaños es el 21 de abril, pero se celebra en junio con la popular fiesta 'Trooping the Colour'.
Una posesión extraña
Por extraño que pueda parecer, Isabel II es dueña de un McDonal's. Es un McAuto y está en un centro comercial cercano a Windsor.
Pasión por los caballos
A sus 93 años sigue montando a caballo, una pasión que le viene de la infancia, cuando su abuelo le regaló un pony, 'Peggy'.
Reina de los animales
Es dueña de todos los desfiles, ballenas y esturiones que se ubiquen a tres millas de la costa del Reino Unido y de todos los cisnes del Támesis.
Impuestos
Aún se mantienen unos impuestos un tanto extraños. Por ejemplo, la ciudad de Gloucester le paga por usar sus propiedades con un pastel de anguilas, el dueño de Sauchlemuir con tres vasos de oporto cada Nochevieja el propietario de Fowlis con una bola de nieve en verano si la Reina se lo pide y la parroquia de Hungerford le da una rosa roja a cambio de sus derechos de pesca y pastoreo.
Reina pionera
Fue una de las primeras en utilizar Internet. Envío su primer email desde una base del ejército en 1976 y en ese momento la red aún se llamaba Arpanet.
Amante de los perros
Siente verdadera devoción por sus perros corgi. De hecho, hasta llegó a popularizar una nueva raza, los dorgi, resultado del cruce entre uno de sus corgi y el daschund de la princesa Margarita.
Un intruso
En 1982 un hombre con problemas mentales saltó las vallas del palacio de Buckingham y se coló en el dormitorio de la Reina. Aunque a lo largo de su recorrido se cortó la mano y dejó un reguero de sangre por los pasillos, nadie advirtió su presencia. Cuando la Reina se lo encontró allí le dijo: "Creo que se ha equivocado de habitación ”. Su Majestad y el hombre estuvieron hablando durante diez minutos, el tiempo que tardó el personal de seguridad en llegar.
Reina aventurera
En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, la Reina participó en un breve anuncio junto a James Bond, interpretado por Daniel Craig e incluso se atrevió a 'saltar en paracaídas' con él y hacer una llegada triunfal.