Hace tres años que Marta Luisa de Noruega puso fin a su matrimonio con el escritor Ari Behn después de más de una década como marido y mujer. La primogénita de los reyes Harald y Sonia de Noruega ha vuelto a encontrar el amor, esta vez con Durek Verret, a quien se le conoce como el "chamán de las estrellas", pero antes de esta relación hubo otra controvertida que acaparó la atención de la prensa del país.
Marta Luisa de Noruega aparece sin su novio chamán en la confirmación de su sobrina Ingrid Alexandra
Tras el anuncio de la separación de la princesa en 2016 se la relacionó con una persona de su círculo más íntimo: su socia, Elisabeth Nordeng. Con esta fundó la empresa Asarte Inspiration, una escuela basada en el desarrollo de la espiritualidad y la sensibilidad. Su conexión traspasaba lo estrictamente profesional, algo que manifestó la propia Marta Luisa señalando en una entrevista que se trataba de su "ángel de la guarda". "Al principio no teníamos ninguna conexión hasta que descubrimos que las dos hablábamos con nuestros ángeles", dijo entonces.
Elisabeth Nordeng ha hablado sobre su relación con la que fuera su socia. Reconoce que actualmente no mantienen contacto, pero que todo aquel interés mediático les afectó más de lo que creyeron en un primer momento. "Nos reímos de aquello, pero no fue muy divertido, sobre todo para nuestras familias", subraya Nordeng. Pasado el tiempo hace balance de su amistad: "Marta siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Estoy agradecida por el tiempo que pasamos juntas y confío en que siempre estemos la una para la otra", ha indicado.
Actualmente, Marta Luisa de Noruega lleva unos meses de relación con Durek Verret. Un noviazgo que ha dado mucho que hablar. Este chamán, que se ha declarado abiertamente sexual, es muy popular en los círculos de las estrellas, entre sus clientas, figuran nombres como Gwyneth Paltrow, Nina Dobrev y Rosario Dawson. La propia hija de los Reyes de Noruega ante el nuevo revuelo que ha ocasionado este romance, señalaba que no elegía a sus parejas para "satisfacer" al público y tampoco a las normas.