Poco a poco, las aguas van volviendo a su cauce en la Casa Real belga. La aparición de Delphine revolucionó todo al solicitar la prueba de paternidad al rey Alberto de Bélgica y, tras siete años de batalla en los tribunales, ha acabado consiguiendo ser reconocida como hija del monarca y además con el título de princesa y tratamiento de Alteza Real para ella y sus descendientes. Un reconocimiento con todas las de la ley, pero que hubiera sabido a menos si no hubiera existido también el aval sentimental.
A principios del mes de octubre el actual rey Felipe, su hermano, daba el primer paso invitándola a su residencia oficial del palacio de Laeken. Faltaba su propio padre, y al fin lo ha conseguido. La Casa Real belga ha facilitado dos instantáneas del encuentro entre padre e hija en las que queda 'oficializada' esta nueva relación filial.
Al igual que ocurrió con su hermano, en esta ocasión también han firmado un comunicado conjunto, publicado dos días después de su encuentro, en el que afirman: "Cada uno ha podido expresar con serenidad y empatía sus sentimientos y vivencias. Después de las polémicas, las heridas y el sufrimiento vienen tiempos para el perdón, la curación y la reconciliación. Este es el camino, paciente y a veces difícil, que hemos decidido tomar juntos. Estos primeros pasos allanan el camino que a partir de ahora nos corresponde continuar". Concluyendo que "se ha abierto un nuevo capítulo, lleno de emociones, tranquilidad, comprensión e, igualmente, esperanza".
La cita se produjo en el palacio de Belvedere, donde residen los reyes Alberto y Paola de Bélgica. Por cierto, la soberana emérita también estaba presente. La foto retrata a los tres en un salón, sentados a una adecuada distancia de seguridad y sin mascarillas. Una escena hogareña en la que todos muestran una sonrisa con la que 'normalizar' una situación que era incómoda y que necesitaban compartir ante la opinión pública.
Delphine ofreció una emotiva rueda de prensa tras su última victoria en los tribunales y en una entrevista en televisión aseguraba que "yo ya no pido nada", en referencia a que durante este proceso nunca ha buscado dinero, sino la necesidad de decir que existía. Fue entonces cuando el rey Felipe la llamó para conocerla en persona. En su comunicado afirmaban que, a partir de ese momento, mantendrían su relación "en el ámbito privado". Esta foto conjunta de la ya princesa Delphine con su padre demuestra cómo han cambiado las cosas en la realeza actual. Quizás hace unos años hubiera sido impensable. Solo falta que Delphine se muestre junto a sus otros hermanos, la princesa Astrid y el príncipe Laurent.