Es la segunda Navidad que la Familia Real británica celebra sin Isabel II y su hijo, el ya coronado Rey Carlos III, ha vuelto a ejercer de anfitrión en su cita más especial continuando con la tradición que tan feliz hacía a su madre. Como cada 25 de diciembre, los Windsor se han reunido en la iglesia de Sandringham, situada en Norfolk, mostrando una imagen de unidad, a excepción, una vez más, de los Duques de Sussex.
Alrededor de las 11:00 de la mañana de este lunes, el Rey y su esposa, la reina Camilla, guiaban los pasos de su familia hasta el templo de Santa María Magdalena. Tras ellos, los príncipes de Gales con sus tres hijos, los príncipes George (10 años), Charlotte (8) y Louis (5). Louis acudía acompañado de su prima Mia Tindall (9 años).
Les acompañaban la princesa Ana junto a su marido, Sir Timothy Laurence, Zara y Mike Tindall con su hija Lena (5 años), los duques de Edimburgo y su hija mayor Lady Louise Windsor. No faltaba el príncipe Andrés, pese a permanecer apartado de sus funciones en la Corona desde hace tiempo. Junto a él iba su exmujer Sarah Ferguson, y sus hijas Beatriz y Eugenia de York con sus respectivos maridos, Edoardo Mapelli y Jack Brooksbank.
La familia fue recibida entre aplausos por los allí presentes, que entregaron, incluso, regalos y ramos de flores tanto a los más pequeños de la casa como a los mayores. Los Windsor pudieron charlar con sus seguidores y se mostraron de lo más cariñosos y atentos con los que seguían su camino hasta la iglesia pese al frío. Tras ello, regresaban a Sandringham House para almorzar todos juntos y escuchar el tradicional discurso navideño de Carlos III.