El día de Navidad terminaba con una noticia que ha conmocionado a la realeza europea: el suicidio de Ari Behn, exmarido de Marta Luisa de Noruega, con solo 47 años. Por la noche era el representante del escritor el que confirmaba el fatal desenlace. Terminaba así la historia de un hombre peculiar, quizás demasiado original para el estándar esperable para marido de una princesa, quien durante sus últimos años tuvo que batallar contra una depresión.
El propio Ari Behn habló de su experiencia y de los problemas psicológicos que arrastraba sobre todo tras el divorcio de su esposa. La pareja se separó en 2016 después de 14 años de matrimonio y sus tres hijas en común continuaron siendo el vínculo que los mantuvo unidos en este tiempo. Él prosiguió con su vida, retomó la escritura y otras facetas artísticas como la pintura y los audiovisuales. Era una persona con muchas inquietudes. Si bien había en él una especie de tormenta interior. Ya en 2009 habló en una entrevista sobre sus problemas con la depresión, la soledad y el exceso de alcohol. Durante estos últimos años tuvo que lidiar con sus problemas mentales, una dura depresión que parece haberle conducido a tomar una decisión tan dolorosa.
En su último libro, titulado "Infierno", abordaba este asunto sin tapujos, con completa sinceridad. En muchos momentos sintió la frustración de no ser tratado como un escritor serio, a pesar de que al principio de su carrera le avalaron los éxitos de público y crítica. En 1999 publicó un volumen de relatos cortos, "Triste del infierno", que llegó a vender 100.000 ejemplares. Tras su boda escribió otra obra sobre ello titulada "De corazón a corazón". En 2011 regresó con dos novelas y una obra de teatro. Son estos ahora el mejor testimonio de una figura diferente que nos ha dicho adiós de forma prematura.