El tercer hijo de la reina de Inglaterra, el príncipe Andrés, ha llegado a un acuerdo con Virginia Giuffre, la mujer que le ha acusado de abuso sexual. Uno de los mayores escándalos que lleva azotando a la corona británica desde hace años. El enfrentamiento entre ambas partes ha terminado con un pacto extrajudicial por una cifra no confirmada. Aunque se señala una millonaria cantidad, nada menos que doce millones de libras (más de 14 millones de euros). El alto precio del silencio. En el momento más complicado de su vida, analizamos el incierto futuro del príncipe Andrés. Todos apuntan a que cuando su hermano, el príncipe Carlos, llegue al trono será su final.
Por el momento, ver su nombre unido a un caso de abuso sexual le ha reportado importantes consecuencias. No podrá regresar a la vida pública -hace un mes fue despojado de sus títulos reales y militares- y no volverá nunca a ocupar esa primera fila de la corona británica. Cabe recordar que es noveno en la línea de sucesión al trono. A partir de ahora deberá actuar simplemente como un ciudadano privado. Aunque su madre le ha apoyado, los expertos confirman que su futuro no es halagüeño. “Una vez que el príncipe Carlos esté en el trono, habrá menos simpatía por él porque no olvidemos que fue su hermano y, de hecho, su sobrino, el duque de Cambridge, quienes presionaron por esta ruptura de los lazos reales en primer lugar”, ha explicado la periodista británica Camilla Tominey, experta en casa real.
Un punto de inflexión para el príncipe Andrés
El escándalo marca un antes y un después en su trayectoria y su reputación pública queda totalmente denostada. En la carta emitida tras el sonado acuerdo que ha dado la vuelta al mundo, el príncipe Andrés se ha comprometido a apoyar la lucha contra el tráfico sexual y ayudar a las víctimas. Los expertos tienen sus serias dudas de que pueda reparar algún día su imagen. Incluso se cuestionan si organizaciones benéficas aceptarían su posible colaboración. El daño a su reputación ya está hecho. Hace tres años fue sentenciado como una persona non grata cuando durante una entrevista en la BBC tocó tímidamente su amistad con el depredador sexual y magnate de las finanzas Jeffrey Epstein.
Muchas preguntas quedan sobre la mesa, entre ellas, las que respectan a sus finanzas. Recibía una paga anual de 250.000 libras por formar parte de la corona y una pensión de 20.000 libras al año que venía de la Royal Navy, de la que formó parte como piloto de helicóptero. Al renunciar a sus deberes oficiales, ya no tiene derecho a contar con ninguna de estas cuantías. La ciudadanía también se pregunta qué ocurrirá con sus gastos en seguridad, personal y mantenimiento de su residencia oficial Royal Lodge -el palacio de 30 habitaciones ubicado en el condado de Windsor-.
Tras conocerse la noticia, los diarios británicos han dictado su propia sentencia. “Humillación final”, se podía leer en el Daily Mail. “Su desgracia final”, apuntaba The Sun. Y es que el acuerdo con el que se cierra la demanda por abuso sexual no significa que el escándalo caiga en el olvido. Se está cuestionando mucho que sea la reina quien se haga responsable del millonario contrato al que ha llegado con Virginia Giuffre. Fue también su madre quien sufragó su defensa legal.
Su papel de consejero de Estado
La corona británica ha hecho todo lo posible para que este caso no salpique demasiado en un año muy destacado: en el que se celebra el Jubileo de Platino de la Reina. La monarca le quitó recientemente a su hijo el estatus de Su Alteza Real, así como de sus patrocinios y afiliaciones reales, pero sigue contando con un papel constitucional. El príncipe Andrés continúa siendo consejero de Estado lo que podría llevarle a asumir ciertos deberes en el caso de que la monarca se vea incapacitada o esté de viaje. El parlamento británico tendría que revocar este puesto mediante una ley, habrá que esperar para saber cómo se resuelve este último asunto.
La vida del hijo favorito de la reina Isabel II jamás volverá a ser la de antes. “Nunca sabremos cuál de las personas en este triste cuento decía la verdad”, ha afirmado la historiadora real británica Penny Junor. Mientras que el círculo del exmarido de Sarah Ferguson vaticina un mañana discreto y de puertas para adentro. “Pasará mucho tiempo montando a caballo en Windsor”.