Hace unas semanas, coincidiendo con el Día de San Valentín, saltó el rumor de que el príncipe Guillermo había quedado con su supuesta amante, Rose Hanbury, para disfrutar de una cena romántica, con intercambio de collar de perlas incluido. Una noticia que corría como la pólvora, no sin dudas, y que la prensa británica generalista silenció (dicen que bajo una prerrogativa de no dañar la imagen del heredero y de la nueva monarquía tras la muerte de Isabel II).
Desde entonces, las miradas se dirigen hacia la esposa del príncipe, Kate Middleton, tratando de descifrar si existe crisis matrimonial o no. En las posteriores apariciones de la pareja, nada ha parecido ir mal entre ellos. Pero, claro, quizás la profesionalidad de ambos y las muchas lecciones aprendidas por los avatares familiares podrían inducir a pensar que saben ocultar bien sus emociones. El hecho es que ahora sí nos ha sorprendido un hecho y es la llamativa ausencia de la princesa de Gales en la recepción por el Día de la Commonwealth.
Esta organización aglutina desde hace 70 años a más de 50 países del mundo bajo a jurisdicción del rey Carlos III. Es la ocasión perfecta para acercarse a los vestigios del antiguo Imperio Británico. Esta edición era la primera que se celebraba sin la reina Isabel, por lo que el nuevo monarca quería mostrar toda su fuerza. Acompañado por su esposa, la reina consorte Camilla, junto a ellos también celebraron esta jornada los príncipes de Gales, Guillermo y Kate; y los flamantes nuevos duques de Edimburgo, el príncipe Eduardo y Sophie Wessex.
Todos se congregaron en la abadía de Westminster, en Londres, para asistir al tradicional servicio religioso. Kate Middleton estaba fantástica con un traje de chaqueta con péplum de la firma Erdem y tocada con un sombrero de ala ancha. Pura elegancia. Como siempre, apoyando a la institución y con su mejor sonrisa por delante al lado de su esposo.
El programa del día incluía después una recepción en el palacio de Buckingham para mantener un contacto más personal con los invitados venidos de tan diversas partes del mundo. Vimos al rey Carlos haciendo el saludo maorí (juntando la frente y la nariz) con algunos de ellos. Sin embargo, faltaba alguien: ¡la princesa de Gales!
A pesar de que estaba anunciada en la agenda oficial, Kate Middleton no apareció en los salones palaciegos. Y eso que ella se mueve como pez en el agua en este tipo de actos. Tanto ella como Guillermo representan a la generación joven de la monarquía y se manejan bien en el trato directo con el pueblo, siempre amables, interesados y cercanos.
No ha habido explicación oficial a la ausencia de la esposa del príncipe heredero. Allí sí estaban los duques de Edimburgo y la princesa real Ana, aparte de los reyes, por supuesto, departiendo relajadamente con los invitados.
El próximo 6 de mayo está marcado en rojo en el calendario. Será la Coronación del rey Carlos III, cuyos detalles se van ultimando con toda la pompa de un evento histórico. Ya se sabe que se ha cursado la invitación para el príncipe Harry y Meghan Markle, los díscolos duques de Sussex, aunque se desconoce si finalmente acudirán o cuál será su papel exacto. Ese día no dudamos de que Kate Middleton no se lo perderá.