La esposa de Guillermo de Inglaterra se ha ganado más que un hueco en el corazón de los británicos, y es por algo. Por ejemplo, esta semana ha trascendido que Kate Middleton ha cumplido con un trabajo extra fuera de su agenda oficial. Los pasados martes y miércoles acudió al Kingston Hospital, situado al suroeste de Londres, para algo más que una visita y además con un carácter privado.
¿Pero dónde estuvo? Pues en la unidad de Maternidad. Dicha clínica dio la bienvenida a casi 6.000 bebés durante 2018 y ofrece también asistencia a nacimientos en el hogar y un servicio de comadronas. El hecho es que la duquesa de Cambridge hace tiempo que se embarcó en una nueva tarea para mejorar el apoyo a niños y familias desfavorecidos. Por eso mismo el año pasado impulsó la creación de un grupo de expertos a través de la Royal Foundation, la organización benéfica en la que Guillermo y ella patrocinan a varias instituciones y ongs.
Su tarea consiste básicamente en prestar ayuda a los jóvenes, preparándolos de cara a la paternidad, el embarazo y los primeros años de sus hijos. Kate aseguró en su momento: "Hay un reto indudable en intentar transformar y realizar un cambio positivo en las generaciones futuras, ayudar a romper el círculo de desventajas y traumas intergeneracionales. Me siento muy inspirada cada día por la gente que conozco y estoy comprometida con esta aventura..."
Pues bien, la duquesa se puso manos a la obra. Kate es madre de tres hijos: los príncipes George, de seis años; Charlotte, de cuatro; y Louis, de 19 meses. Su experiencia y sensibilidad seguro que contribuyen notablemente a esta buena causa.