La reina Isabel manda, y este año ha decidido poner fin de una vez por todas a la supuesta tensión entre Kate y Meghan, esposas de dos de sus nietos más queridos y los jóvenes valores de la Familia Real inglesa. Por eso ambas no faltaron a la tradicional Misa de Pascua en Sandringham, y además lo hicieron la mejor de sus sonrisas.
La familia unida
En la mañana de Navidad es tradición que los Windsor se reúnan en la iglesia cercana al refugio invernal de Sandringham para acudir a un servicio religioso en la iglesia de la Magdalena. Este año era una cita si cabe aún más esperada, dadas las supuestas diferencias entre las esposas de Guillermo y Harry de Inglaterra. Y no hubo sorpresa a tal efecto: los cuatro aparecieron juntos y entre gestos relajados. A su lado también iba el príncipe Carlos, padre de los príncipes, quien en esta ocasión notó la ausencia de su mujer, Camilla. Además de la reina Isabel, también asistieron la princesa Ana y sus dos hijos, con sus respectivos niños; el príncipe Eduardo y su esposa, con su hija; y Eugenia y Beatriz de York.
El paseo conjunto de las cuñadas
Todos los ojos estaban atentos a Kate y Meghan. Cada paso, cada gesto... era minuciosamente analizado en busca de algún posible traspiés. Pero no lo hubo.
Primeros gestos de cercanía
Las duquesas de Cambridge y Sussex hicieron el paseíllo hasta la parroquia una al lado de la otra, junto a sus respectivos maridos. Meghan lo hizo del brazo de Harry y luciendo ya su abultado embarazo de cinco meses.
De rojo y azul, sus colores emblemáticos
No se sabe si se pusieron de acuerdo, pero el caso es que cada una vestía sus colores fetiche: rojo agranatado para Kate y azul marino para Meghan. Ambas llevaban abrigos, un clásico de Catherine Walker para la primera y uno más amplio para la segunda, y no les faltaba el típico tocado, preceptivo para la ocasión.
Charla y sonrisas
Durante estos primeros instantes se vio a las jóvenes mantener una distendida charla o comentar algo, entre sonrisas relajadas. Al parecer ha sido la propia reina Isabel la que ha querido "poner orden" y atajar cuanto antes los rumores sobre su supuesta mala relación.
Aparcando sus diferencias por Navidad
Meghan no se separó del brazo de su marido
Quizás buscando la protección y seguridad que le brinda, Meghan no se apartó un segundo del brazo de su marido, mientras que Kate hizo el camino caminando en solitario, sin el apoyo de Guillermo.
El original tocado con plumas de la duquesa de Sussex
Meghan cada vez está más habituada al protocolo
Para la ocasión lució un moño bajo
Kate, la elegancia clásica
La duquesa de Cambridge reapareció con su eterna sonrisa
Kate volvió a demostrar que goza de una gran popularidad
El regreso de "los fabulosos cuatro"
Toda la prensa británica e internacional se ha hecho eco de esta imagen, que califican como el regreso de "los fabulosos cuatro", el apelativo con el que los han bautizado, en referencia a la extraordinaria relación que siempre han mantenido los hermanos Guillermo y Harry, a los que se sumaron sus respectivas esposas.
La segunda vez que Meghan acude a esta misa
No es la primera vez que Meghan acude a esta cita. Recordemos que ya el año pasado fue invitada a la misma, cuando todavía era la prometida del príncipe Harry. Fue un detalle que llamó mucho la atención, puesto que la reina Isabel no había tenido antes esta deferencia con sus nueras, hasta que no contrajeron matrimonio.
Un paso adelante en su relación
Kate y Meghan hacen las paces... ¿para siempre?
Con esta aparición se ponen fin, de momento, a los intensos rumores sobre su discusión y alejamiento. Tanto que hasta habría afectado a la unión de los hermanos. Los planes de los duques de Sussex de mudarse a Frogmore House, lejos de Kensington, continúan en pie, pero al menos parece que, de cara a la galería, lo hacen con todas las bendiciones.