Los duques de Sussex confirman a través de un portavoz su videollamada de cumpleaños a su abuela, pese a las instrucciones de privacidad de Buckingham.
Este martes 21 de abril la reina Isabel de Inglaterra cumplía 94 años, convirtiéndose así en la soberana más longeva de la historia y también en un símbolo patrio. Todo el mundo quiso volcarse con ella enviándole sus mensajes de felicitación, ya que no se podía hacer otra cosa debido a las actuales circunstancias sanitarias. Todos los eventos organizados para celebrarlo han tenido que ser cancelados, incluyendo el tradicional saludo de la mañana con 21 cañonazos por la mañana y, más adelante, en junio, el espectacular desfile Trooping the Colour. Por supuesto, Isabel II sí que contó también con el cariño de su familia en un día tan especial, incluidos los 'huidos' de los Windsor, el príncipe Harry y Meghan Markle. Ellos también quisieron sumarse a las felicitaciones haciendo una llamada desde Los Ángeles a su abuela... Pero el hecho de que la misma haya trascendido no ha sentado nada bien.
Según informa el diario Daily Mail, Harry y Meghan se pusieron al habla con Isabel II desde su domicilio en Los Ángeles. Lo hicieron mediante una videollamada por Zoom para que pudiera participar su hijo, Archie Harrison, de 11 meses. La reina se encontraba en el castillo de Windsor, donde está aislada con su marido, Felipe de Edimburgo, y donde pasó la jornada de su cumpleaños rodeada del estricto personal necesario para atender sus necesidades. Los mismos que se han ocupado de instalar dicha aplicación en el Ipad de la soberana para que pueda estar conectada con los suyos. Hasta ahí todo correcto.
La llamada tuvo lugar a la hora del té, en la que la reina Isabel se permitió tomar un pedazo de pastel de cumpleaños. Todos sus familiares, hijos, nueras y nietos se habían acordado de su aniversario y le habían deseado un feliz día, muchos de ellos a través de sus cuentas oficiales en redes sociales. Es de suponer que también lo hicieran en privado. El hecho de que ahora mismo Harry y Meghan no dispongan de esta vía, pues se han visto obligados a prescindir de la marca Sussex Royal y cerrar su cuenta de Instagram, ha impedido que también ellos dejen constancia pública de su felicitación. Pero no se olvidaron de reservar un contacto con la abuela (y bisabuela de Archie), teniendo en cuenta la diferencia horaria entre Europa y América de ocho horas.
De esta manera, la reina pudo "ver" a su bisnieto, con el que apenas ha podido estar en persona, ya que sus padres decidieron trasladarse a vivir, primero a Canadá, y recientemente a Los Ángeles. Les separa un océano de distancia, pero la tecnología obra milagros.
El caso es que lo que debiera ser una ocasión feliz, ya ha originado sus correspondientes críticas. Una arte de la prensa británica apunta a que los "obsesionados por la privacidad" se han encargado de que esta videollamada salga a la luz después de que su portavoz lo confirmara a través de un correo electrónico enviado a una selección de medios que ellos aprueban. Recordemos que este pasado fin de semana, los duques de Sussex declaraban la guerra a cuatro periódicos británicos, entre ellos el Daily Mail, asegurando que no colaborarán con ellos nunca más debido a lo que consideran sus recurrentes informaciones falsas sobre la pareja.
Contar al mundo esta llamada también entraría en colisión con los deseos del palacio de Buckingham, que en los días previos manifestó que cualquier contacto entre la reina y sus familiares relacionado con el cumpleaños debería permanecer en el ámbito de su intimidad. La reina quería un cumpleaños de nivel bajo y sin medidas especiales al no considerarlas apropiadas en las actuales circunstancias con todo el país sometido a restricciones de confinamiento.
Establecidos desde hace unas semanas en Los Ángeles, ciudad a la que se mudaron después de pasar unos meses en Canadá, los duques de Sussex están iniciando los primeros compases de su ansiada nueva vida independiente de la realeza. El pasado 1 de abril se daba el pistoletazo de salida a la misma. Ahora ambos desean mantenerse económicamente por sí mismos, sin el paraguas de los fondos públicos al no pertenecer ya a la primera línea de la monarquía británica, pese a lo cual todavía mantienen una asignación por parte de su padre, Carlos de Inglaterra. Sus pasos están claros y están encaminados a las obras benéficas y solidarias, además de algunos proyectos audiovisuales en los que la actriz está inmersa. También acaba de estrenar el documental Los elefantes, de Disney Plus, en el que ejerce de narradora.
Hace unos días el príncipe Harry y Meghan Markle acudían a la sede del Proyecto Angel Food, una organización que se encarga de cocinar y distribuir comidas a enfermos crónicos. La pareja casi pasa inadvertida vestida de manera informal y tocada con gorras y mascarillas. Mientras estas acciones están muy bien valoradas en su comunidad, parece que en tierras británicas todo lo que hacen y dicen se mide con un rasero muy distinto.