Estaba previsto que Harry de Inglaterra acudiera este lunes 5 de junio al Tribunal Superior de Londres, donde debía declarar por el juicio contra el diario 'Mirror'. Sin embargo, no ha asistido. El hijo de Carlos III ha hecho una bomba de humo y no ha prestado declaración por haber sido víctima supuestamente de unas escuchas ilegales en su teléfono por parte del tabloide. Llama poderosamente la atención que haya decidido no acudir, de hecho, el juez se ha mostrado muy sorprendido al no verle allí. Debía declarar bajo juramento en Reales Cortes de Justicia de Londres y hacerlo en persona, pero no ha sido así.
El impacto era mayúsculo al descubrirse los movimientos del hijo de Diana de Gales. Se sabía que Harry había vuelto a Inglaterra y se esperaba que el motivo de su regreso fuera tener que declarar ante el Tribunal Superior sobre las acusaciones de escuchas ilegales contra el Mirror Group Newspapers. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Aunque en el mes de marzo acudió por la misma razón, esta vez ha decidido no asistir. Le tocará, sin embargo, solo unas horas después, en concreto este martes 6 de junio, sentarse en el banquillo como testigo, lo que hará inevitable que acuda. Allí está previsto que se enfrente a un interrogatorio público y donde, además, no podrá pactar ninguna de las preguntas, algo que quizás sí habrá hecho en la mayoría de sus apariciones televisivas.
"Esto no es como responder preguntas de Oprah Winfrey en una entrevista. Se trata de un encuentro hostil con un interrogador altamente cualificado, armado con una batería de técnicas para socavar su credibilidad. Dar evidencia es desalentador... y el contrainterrogatorio es mucho más traumático", dice Tim Maltin, un socio de una empresa especializada en litigios, a la BBC. Harry, por su parte, considera que el grupo editorial violó su privacidad y utilizó métodos abusivos para conseguir información sobre él, siéndole indiferente que le pidieran disculpas. Hace ya algunas semanas decidió seguir adelante en los juzgados, eso sí, se desconoce qué dirán al respecto desde el tribunal y quién dirá que lleva la razón entonces.
Él es el primer miembro de la familia real británica en sentarse en el banquillo, un logro del que no debería de presumir. Aunque el duque de Sussex tiene varias causas legales abiertas, lo cual parece no preocuparle demasiado. Hace muy poco tuvo que pagar las costas del juicio tras enfrentarse con el Ministerio del Interior británico, pues se consideró que no tenía razón al demandarles por la retirada de su equipo de seguridad en Reino Unido.