El último año de la vida de Guillermo de Gales, el heredero al trono inglés, no es que haya sido el mejor. Tras la perdida de su abuela, Isabel II, la inestabilidad parece haberse instalado en la familia Windsor y no querer irse. Enfermedades, disputas, polémicas, cualquier ocasión es buena para que afloren algunas de estas cosas en el seno de la monarquía más famosa del mundo.
En medio de todos los titulares y desgracias que asolan a la familia real británica, el heredero cumple 42 años. ¿Cómo ha sido este último año de su vida? ¿Cuáles son sus principales apoyos? ¿Cómo lleva la presión mediática? Vamos a descubrirlo.
Su complicada relación con el foco y la atención
Desde el mismo momento de su nacimiento, el 21 de junio de 1982, Guillermo se convirtió en el niño más famoso del mundo. El hijo de los entonces príncipes de Gales acaparaba portadas, comentarios en televisión y todo tipo de publicaciones. Mucha de esta atención venía heredada de su condición de príncipe, qué duda cabe, pero ser hijo de una de las figuras más relevantes del S.XX no ayudaba a rebajar la atención sobre su figura.
Su madre, la princesa Diana, fue la mujer que más portadas acaparó en la prensa de corazón el pasado siglo, cualquier movimiento, cualquier declaración, cualquier mínimo detalle se traducía en ventas de periódicos y revistas y esto desencadenó un exceso de atención por parte de los paparazis.
El fatal devenir del matrimonio de sus padres solo hizo que incrementar la atención de la prensa sobre los niños y sus padres hasta el fatal desenlace de la muerte de Lady Di en una persecución con paparazis en París en agosto de 1997. Desde ese momento, la ya difícil relación de Guillermo con la prensa y la atención que despertaba su mera presencia se le hicieron muy cuesta arriba. No le gustaba que lo persiguieran para hacerle fotos, no le gustaba que se publicaran informaciones sobre sus supuestas novias: no le gustaba ser el protagonista. Difícil situación para el heredero de la corona de la monarquía más reconocida del planeta.
Catalina, la estabilidad y ahora la preocupación
En el año 2001, en la Universidad de St. Andrews, conoció a Kate Middleton con quien mantuvo un largo romance durante toda su juventud. En octubre de 2010 anunciaron que habían tomado la meditada decisión de pasar por el altar y el 29 de abril de 2011 se convirtieron por fin en marido y mujer, pasando a ser duques de Cambridge.
Con Catalina a su lado Guillermo formó una familia que le ha aportado tranquilidad y estabilidad, dos virtudes que el joven príncipe añoró en su infancia marcada por las idas y venidas de su padre y el fatídico desenlace de su madre.
El matrimonio tiene tres hijos, George de 10 años, Charlotte de 9 y el pequeño Louis de 6 y parecían vivir en un cuento de hadas sin fin hasta el pasado mes de diciembre en el que todo saltó por los aires y de nuevo la tranquilidad y estabilidad de Guillermo se esfumaron. La entrada del año 2024 para la familia Windsor supuso el anuncio de la enfermedad de Carlos III, que padece un cáncer del que desconocemos la gravedad y para el que está recibiendo tratamiento.
Con este anuncio coincidía en el tiempo el anuncio de que Kate debía pasar por quirófano para una cirugía abdominal, semanas después y con todo tipo de desatinos por parte de Kensington Palace, la propia princesa de Gales era la encargada de anunciar que, igual que su suegro, ella también padece un cáncer del que se está tratando. En ese momento Kate recordó que suponía para ella tener a su marido cerca “tener a Guillermo a mi lado también es una gran fuente de consuelo y tranquilidad".
Ausencias y apoyos de un heredero
Posiblemente en este momento crucial de Guillermo estén siendo más importantes que nunca los apoyos y más dolorosas que antes las ausencias. La camarilla de Guillermo está formada por compañeros de universidad provenientes de las familias y fortunas más importantes de Reino Unido, uno de ellos es Hugh Grosvenor, actual duque de Westminster y en cuya boda Guillermo tuvo el inusual papel de actuar como acomodador de todos los invitados a tamaño enlace casi real.
Ese día, el de la boda de Hugh, se hizo más evidente todavía la ruptura total de Guillermo y su hermano Enrique. Hugh, Enrique y Guillermo son amigos desde la infancia y de hecho el novio del año en Gran Bretaña es padrino de alguno de los hijos de ambos príncipes.
En un principio tanto Guillermo como Enrique estaban invitados a la boda de Hugh, pero el hecho de que el duque De Westminster pidiese al príncipe de Gales ejercer como padrino de boda en detrimento de Enrique hizo que finalmente los duques de Sussex, Enrique y Meghan, declinasen su invitación haciendo del todo imposible que se produjera la imagen de los hermanos Windsor de nuevo juntos. La última vez que pudimos verlos compartir espacio tiempo fue en las exequias fúnebres de la reina Isabel II en 2022. Sin duda este cumpleaños de Guillermo será el más amargo de los últimos tiempos.