Aunque era un secreto a voces, al final se ha hecho realidad: Francesca Thyssen, hija del fallecido barón Thyssen, se divorcia del archiduque Carlos de Habsburgo después de 27 años de matrimonio y tres hijos en común. Un largo matrimonio, pero no exento de crisis, rupturas y reconciliaciones. Ha sido él y solo él quien se ha encargado de anunciarlo, enviando un comunicado oficial al diario austriaco Kronen Zeitung, en el que califica este final como algo muy "desafortunado" para la familia. Según dice, "pude comprobar que una pareja que vive junta no siempre tienen que funcionar. Intentamos salvar nuestra relación, pero no pudo ser".
Francesca Thyssen y el Jefe de la Casa Imperial de Austria y Real de Hungría, llevaban años separados, haciendo vidas independientes, aunque manteniendo una relación cordial, al menos de cara a la galería. Se habían casado en 1993, pero diez años después anunciaban su separación amistosa. Entonces hicieron una especie de trato: que su ruptura afectase lo menos posible a sus tres hijos, que eran pequeños. De hecho coincidían con cierta frecuencia en eventos y actos sociales, posando juntos sin ningún problema. El pasado 20 de julio volvían a escenificar este convenio cuando el todavía matrimonio asistió a la boda de su hija mayor, Leonor, de 26 años, con Jérôme d'Ambrosio, en una ceremonia celebrada en Mónaco y marcada por la pandemia. Sus otros hijos son Fernando, de 23 años, y Gloria, de 21. Pero una vez alcanzada su mayoría de edad, la pareja ha decidido formalizar definitivamente su situación y optar por el divorcio.
Se da la circunstancia, además, de que el archiduque (59) lleva tres años de noviazgo con la empresaria portuguesa Christian de Reid. Se desconoce si Francesca (62) ha rehecho su vida sentimental. Francesca es hija del barón Heinrich Thyssen (fallecido en 2002) y su tercera esposa, la modelo Fiona Campbell. En España comenzó a ser muy conocida por su tensa relación con Tita Thyssen, la quinta mujer de su padre, con quien ha sostenido muchos tiros y aflojas a causa de la prestigiosa colección de arte familiar, que se encuentra en Madrid. La propia Francesca se dedica al mundo del coleccionismo, que conoce indudablemente por herencia familiar, aunque en su juventud probó como actriz, modelo y cantante.
Con el paso de los años la animadversión entre Francesca y Tita (a menudo salpicada de declaraciones sin filtro por parte de la aristócrata) se ha ido suavizando y en la actualidad mantienen las formas. También con su hermano menor, Borja Thyssen, con el que se la ha visto compartir algunos eventos relacionados con el arte y en aparente buena sintonía. Francesca continuará representando a la Familia Imperial Austriaca hasta que concluyan los trámites del divorcio.