Iñaki Urdangarin parece estar molesto. El aún marido de la Infanta Cristina ha mostrado sus reticencias a perder las medidas de seguridad a las que está acostumbrado. En la actualidad cuenta con un mínimo de cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía pertenecientes al grupo de Casa Real a su servicio, pero pronto dejará de contar con esta 'coraza'. Una medida ante la cual el exjugador de balonmano se ha rebelado: no quiere quedarse sin escolta, y así lo ha hecho saber.

Iñaki Urdangarin
Gtres

Tal y como adelantaba el programa 'Y ahora Sonsoles', los responsables del grupo que vela por la seguridad de Iñaki Urdangarin se atreve a firmar los documentos de retirada de los escoltas. Al parecer, los agentes, al igual que el exdeportista, también han puesto peros a esta determinación. De momento, parecen estar alineados en su actitud reticente al cambio. Fuentes de Interior han explicado a 'Vanitatis' que el vasco se muestra contrario a perder un privilegio que garantiza su integridad, ya que es un personaje sobradamente conocido dentro y fuera de nuestras fronteras.A pesar de haber sido apartado de la Casa Real española tras su condena y posterior paso por prisión por el caso Nóos, el marido de la infanta Cristina logró mantener a sus guardaespaldas tras ser puesto en libertad y abandonar la cárcel de Brieva, en Ávila. Incluso después romper la convivencia con mujer tras ser pillado con Ainhoa Armentia siguió contando con agentes de seguridad. Prueba de ello son las imágenes que tanta polémica causaron de sus escoltas subiendo comida al despacho Imaz & Asociados de Vitoria, donde trabajó y conoció a su actual pareja.

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Vídeo: Europa PressCon el divorcio aún pendiente de firmar, Iñaki está intentando por todos los medios apretar las tuercas a su ex con el fin de seguir disfrutando de este privilegio. ¿Los motivos? Está más que acostumbrado a ello: lleva más de 25 años con agentes a sus espaldas. Además, ha hecho amistad con algunos de ellos. Tampoco quiere sentirse desvalido cuando, como es costumbre en su día a día, se tope con un enjambre de reporteros gráficos allá donde vaya. Para el exjugador de balonmano, los miembros de su escolta son casi parte de su familia, los que vigilan no solo por su seguridad, sino también por su intimidad. Estos suelen hacer todo lo posible para evitar que lo inmortalicen junto a su novia. Y si Urdangarin está contrariado con este asunto de los escoltas, Armentia, por su parte, parece estar encantada tras firmar el divorcio de su exmarido. En mayo de 2003 contrajo matrimonio con Manuel Ruiz, y después de diecinueve años de casados y uno de crisis tomaron rumbos distintos. Este jueves se la ha visto con una sonrisa de oreja a oreja en las calles de Vitoria mientras acudía al trabajo.

Tal y como adelantó ‘Y ahora Sonsoles’, los 8.000 euros que gasta el Ministerio del Interior para proteger a Urdangarin ya volverán a ser descontados de las arcas públicas. Cabe resaltar que el salario de los sus escoltas nada tiene que ver con el Palacio de la Zarzuela. Aunque Urdangarin ya no forma parte de la familia real ha sido protegido por especialistas debido a que su posición pública y la exposición mediática podrían poner en riesgo su integridad física de no contar con esta protección. Ahora que faltan solo unos meses para que se convierta en un hombre divorciado, las tornas han cambiado. Se prevé que en el futuro solo cuente con protección puntual cuando, por ejemplo, se reúna con sus hijos, pues estos sí cuentan con agentes de seguridad a su cargo.