En su carta, dirigida a su hijo,
Felipe VI, se explica: "Su Majestad el Rey Don Juan Carlos ha dirigido a Su Majestad el Rey la siguiente carta". Esta comienza así: “Majestad, querido Felipe: Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada,
deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen", reza el documento.
"
Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España", prosigue el texto.
Felipe VI le ha transmitido su "respeto y agradecimiento ante su decisión"
En su escrito, el Rey deja claro que su determinación ha sido tomada después de mucho meditarlo: "Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad.
He sido Rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona. Con mi lealtad de siempre. Con el cariño y afecto de siempre, tu padre".
El comunicado de la Casa del Rey manifiesta que "Su Majestad el Rey le ha transmitido a S.M. el Rey Don Juan Carlos su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión" y añade que "
el Rey desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el marco de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico".
Las declaraciones de Corinna Larsen sobre las supuestas comisiones ilegales del emérito
La decisión del rey don Juan Carlos llega después de meses ocupando todos los titulares de la prensa nacional e internacional. A principios de junio se conocía que la
Fiscalía del Tribunal Supremo asumía la investigación sobre la construcción del
AVE entre las ciudades de
Medina y La Meca, en la cual está involucrada el monarca y que ya estaba siendo investigado en Suiza por un presunto caso de
cohecho por unas comisiones ilegales que podrían haberse pagado por la adjudicación a un consorcio de empresas españolas en el contrato del Ave saudí.
En la investigación, centrada en la Fase II de la construcción de la línea del ferrocarril, mucho han tenido que ver las
declaraciones de la amiga del Rey Juan Carlos,
Corinna Larsen. Esta ha asegurado que el monarca cobró comisiones por mediar en estas obras. La empresaria, que ha asegurado haber sido "amenazada de muerte", ha dado numerosos detalles sobre las cantidades que, según su testimonio, se ha quedado don Juan Carlos de manera ilícita:
80 millones de euros.
El emérito no ha detallado a dónde se marcha
Ahora que su hijo y España entera sabe que se va al extranjero, la gran incógnita es saber cuál será el destino elegido por el rey don Juan Carlos para sobrellevar
este exilio autoimpuesto con el que pretende salvaguardar la corona del escándalo. El comunicado enviado por el padre Felipe VI no especifica a dónde ni cuándo se va. Tampoco detalla durante cuánto tiempo se prolongará su residencia fuera de nuestras fronteras. Asimismo, tampoco desvela en qué lugar quedará su esposa, la
Reina doña Sofía, quien probablemente no le acompañe en esta nueva etapa de su vida.
La decisión sin precedentes de Don Juan Carlos, de 82 años, llega en un momento en el que su salud es frágil y su figura como monarca está más debilitada que nunca. El 27 de mayo de 2019 anunciaba que
se retiraba de la vida pública (que hizo efectiva un mes después). El 15 de marzo de 2020,
Felipe VI retiró la asignación que recibía su padre del presupuesto de la Casa Real. Ese mismo día hizo pública su decisión de
renunciar a la herencia que pudiera corresponderle por las cuentas que supuestamente tiene su padre en el extranjero. Todas estas medidas, que se han tomado de manera consensuada entre padre e hijo, se han llevado a cabo con el único fin de proteger a la institución de los escándalos que han salpicado al emérito.
¿Se sentará en el banquillo de los acusados?
Otra de las grandes preguntas que muchos ciudadanos de formulan es si veremos al rey Don Juan Carlos
sentado en un banquillo de los acusados. Y es que su estatus jurídico está bien blindado. El monarca, que abdicó el 19 de junio de 2014, es
aforado. El
aforamiento es un privilegio procesal que también disfrutan políticos, jueces, fiscales y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En caso de ser juzgado sería puesto a disposición de un tribunal jurídicamente superior al ordinario:
el Tribunal Supremo.
Además, en el caso de que el emérito hubiese cometido un delito, habría que determinar si esos delitos son anteriores a su abdicación. A partir de esa fecha perdió la
inviolabilidad. La inviolabilidad supone la irresponsabilidad penal para quien ejerce un cargo público, principalmente los parlamentarios y el Jefe del Estado. Don Juan Carlos
solo podría ser juzgado por aquellos delitos cometidos después de su abdicación.