Carlos III pide al Parlamento británico cambiar la ley para aumentar a quienes pueden representarle cuando él está ocupado o indispuesto.
A sus 74 años recién cumplidos, y con un reinado casi de estreno, Carlos III ha tomado una importante decisión. Una que, teniendo en cuenta su edad, le ayudará -y mucho- a desempeñar sus obligaciones como monarca. Tan solo dos meses después de ser proclamado rey, ha nombrado como Consejeros de Estado a dos de sus hermanos: la princesa Ana y el príncipe Eduardo. “Para garantizar la continua eficiencia de los asuntos públicos cuando no estoy disponible, como cuando estoy desempeñando funciones oficiales en el extranjero, confirmo que me satisfaría, si el Parlamento lo considera conveniente, que el número de personas que pueden ser llamadas a actuar como Consejeros de Estado según los términos de las leyes de Regencia de 1937 a 1953 incluya a mi hermana y a mi hermano, la Princesa Real y el Conde de Wessex y Forfar, quienes ya anteriormente asumieron este papel”, reza el mensaje que ha enviado este lunes.
Lo cierto es que esta no es una decisión del todo libre. Tras el fallecimiento de su madre, la Reina Isabel II, el rey Carlos III ha recibido presiones del Parlamento británico para que designe a sus sustitutos en casos de convalecencia o viajes al extranjero, por ejemplo. A las autoridades del Reino Unido les preocupaba que quedara abierta la posibilidad, -remota pero posible-, de que el príncipe Harry o el Príncipe Andrés pudieran asumir la representación del Jefe de Estado en su ausencia. El primero ha dejado de ser "miembro activo" de la Familia Real tras el 'Megxit', y es persona non grata entre los más fieles a la Corona. El segundo, por su parte, ha sido despojado de sus títulos nobiliarios y deberes reales tras verse envuelto en el ‘caso Epstein’, al ser acusado directamente por Virginia Giuffre de haber presuntamente abusado de ella cuando aún era menor de edad en el marco de una complicada trama de corrupción de menores. A los órganos institucionales les horrorizaba la idea de que alguno de ellos pudiera representar en modo alguno al país. Por ello, el tema fue asunto de debate en la Cámara de los Lores hace un mes. Según explica el diario 'The Times',
The Times', han hecho todo lo posible para que Buckingham no deje cabos sueltos.
Cabe recordar que las leyes de Regencia del Reino Unido establecen que los sustitutos del rey en caso de que este deba ausentarse a un compromiso son su pareja, en este caso la reina consorte Camilla— y los cuatro primeros herederos mayores de 21 años. O lo que es lo mismo: sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry; su hermano, el príncipe Andrés; y la hija de este, la princesa Beatriz. Esto planteaba verdaderos quebraderos de cabeza al Parlamento: nadie quiere ni imaginar a los 'proscritos' de la familia afrontando roles que, según entienden, no les corresponden.
En el Reino Unido, un Consejero de Estado puede realizar determinadas labores propias del rey, como la apertura de las sesiones parlamentarias, la asistencia a las reuniones del consejo privado, la firma de documentos rutinarios y la recepción de credenciales de embajadores. Eso sí, sus funciones son limitadas y no tienen carta blanca para asumir todas las responsabilidades de un rey. Por ejemplo, no pueden investir a primeros ministros.
La princesa Ana ya fue consejera entre 1971 y 2003. Desempeñó estas funciones hasta que el príncipe Guillermo —en la actualidad el primero en la línea de sucesión al trono británico— cumplió los 21 años. Su hermano Eduardo, por su parte, asumió este papel entre 1985 y 2005, hasta que el príncipe Harry cumplió 21 años.
Tras el anuncio de Carlos III, toca que el Parlamento apruebe la legislación antes de que termine el año o, como poco, antes de que el rey y su esposa emprendan viajes por el extranjero en 2023. Un año en el que Carlos III ascenderá oficialmente al trono: será coronado el próximo 6 de mayo.