Meghan Markle parece haber puesto en su sitio a las ovejas negras de su familia: su padre y su hermanastra. Sabe que su principal cometido es hacer caja aprovechando que ella ha entrado en la Familia Real británica y los secretos de su pasado son bien pagados en la prensa sensacionalista. Sin embargo, ahora que ya está todo vendido, su familia recuerda el amor que la tenía y tratan desesperadamente recuperar su favor. Ya es tarde.
La exigencia de Meghan Markle a Harry que ya le hizo Letizia a FelipeMeghan Markle se niega a recuperar el contacto con su padre, Thomas Markle, y su hermanastra, Samantha Markle, quienes le han declarado la guerra públicamente en numerosas ocasiones. Ahora, la hermanastra trata por todos los medios tener la oportunidad de conocer a su sobrino, el pequeño Archie Harrison, pero lo va a tener muy difícil.
Las dos patas cojas de la familia de Meghan Markle han dado un giro de 180 grados en su actitud agresiva y ahora tratan de complacerla en sus intervenciones en la prensa. Ya no atacan, ahora tan solo piden perdón. Eso sí, el resultado es el mismo: sitúan a Meghan Markle como la mala de la película, primero por dejarles de lado por su carrera y ahora por dejarles de lado por sus ataques públicos.
La hermanastra de Meghan Markle, que sufre esclerosis múltiple, está tratando de forma desesperada ser escuchada y, sobre todo, perdonada. Sabe que ha causado mucho dolor en la familia y que su constante presencia en los medios ha puesto en jaque la felicidad de su hermana y su marido, el príncipe Harry. Así, se le ha visto comprando ropa de bebé en una tienda cercano a su casa, lo que ha sido señalado por diversos medios como un intento de comprar el cariño de su hermanastra, a través de obsequios a su sobrino.