Los Reyes Felipe y Letizia se resisten a mostrar cómo acompañan a sus hijas, Leonor y Sofía, en su primer día de colegio y durante varios años lo han hecho a hurtadillas, aunque este último sí que mostraron su mejor sonrisa cuando acercaron a sus hijas a su colegio de Madrid. Sin embargo, para los británicos este acto tiene tal importancia que se ha convertido en todo un fenómeno que está afectando incluso al propio centro de estudios, después de ver cómo Kate Middleton y el príncipe Guillermo llevaban a sus hijos, Charlotte y George, al cole.
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La estampa de Kate Middleton y el príncipe Guillermo llevan a sus retoños en su primer día de colegio fue muy comentado. Por un lado, se informó del hecho en sí. También se habló del estilismo de la duquesa y de la complicidad de los papás con sus hijos. Incluso se rumoreó que Kate Middleton estaba de nuevo embarazada porque apareció con un cambio de look y esto suele suceder unas semanas antes de anunciar que está embarazada. Pero había algo que nadie había previsto y que ha puesto en jaque al mismísimo colegio.
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Charlotte y George, los hijos mayores de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, cursan sus primeros años como escolares en el colegio privado Thomas’s Battersea. Este centro nunca ha gozado de una gran popularidad, pero sí que estaba muy bien visto por las élites pudientes de Reino Unido, porque las grandes fortunas matriculaban aquí a sus hijos. Sin embargo, ser compañeros de pupitre de los hijos de los duques de Cambridge tiene su prestigio, motivo por el cual se ha colapsado la central del colegio con solicitudes de nuevos alumnos. Demasiadas.
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Así lo ha publicado el diario ‘Mirror’, que destaca que este tsunami de solicitudes de plaza para estudiar en la Thomas’s Battersea ha colapsado la administración del centro. Es tal la avalancha de nuevos alumnos que desean educarse junto a los hijos de Kate Middleton, que el sistema se ha caído y los responsables del centro han pedido que cesaran de llegar solicitudes, dado que el colegio está a rebosar y hasta el año que viene no habrá plazas disponibles e, importante, para niños que ya hayan cumplido un año.
Una decisión que ha puesto en jaque a muchos padres que insisten en que sus hijos tengan la misma educación que un miembro de la casa real británica. Así, Ben Thomas, uno de los fundadores del centro, pone un curioso ejemplo para excusar su medida extrema: “Decidí que necesitábamos cambiar las cosas después de que una mujer muy embarazada tuvo una pelea con nuestra oficina y le pidió que pusiera a su bebé nonato en la parte superior de la lista de espera”. A situaciones extremas, medidas extremas.