Mucha sobriedad en la clausura de un Día Nacional de Mónaco en el que se ha notado la ausencia de la princesa Charlène. Los Grimaldi han concluido esta jornada con la tradicional cena de gala que ha tenido lugar en el salón de congresos del principado 'Foro Grimaldi'. Las mujeres de la familia han acaparado todos los focos, entre ellas, Carlota Casiraghi y Tatiana Santo Domingo durante una noche en la que ha reinado el color negro.
El colofón final a este gran día en el principado, que se viene celebrando desde 1857, ha tenido acento español de la mano de Plácido Domingo y los bailarines de la compañía de Antonio Gades. Una destacada jornada de festejos que arrancaba a primera hora de la mañana con la que la familia Grimaldi estrecha relaciones con los monegascos.
El príncipe Alberto ha presidido la celebración junto a su hermana, Carolina de Mónaco. Esta ha optado por un elegante diseño con cuerpo de lentejuelas en azul noche y una favorecedora falda negra corte 'midi'. Carlota Casiraghi ha lucido un diseño de tweed que demuestra que es la mejor heredera del inconfundible estilo de su madre. Un outfit de manga larga con bolsillos delanteros que ha combinado con salones bicolor.
Tatiana Santo Domingo, la mujer de Andrea Casiraghi, ha sido una de las más atrevidas. La empresaria ha elegido un diseño largo con escote Bardot engalanado con pedrería en la cintura. Ha despejado su rostro con un recogido y, al igual que los restantes miembros, llevaba la reglamentaria mascarilla.
El ingreso de Charlène
No se esperaba la presencia de la mujer de Alberto de Mónaco durante una jornada marcada en rojo en la agenda de la familia Grimaldi. La sudafricana se retira de la vida pública por una temporada para recuperarse por completo de sus problemas de salud. Ahora, además, conocemos que se encuentra ingresada en un centro, según ha confirmado su marido a la revista 'People'.
«Puedo decir que estaba sufriendo una fatiga increíble. No podía dormir bien durante varios días, no estaba comiendo bien tampoco. Ha perdido mucho peso, lo que la hace más vulnerable a las enfermedades, como catarro, gripe o, Dios nos libre, COVID», ha afirmado. La preocupación por el estado de salud de la exnadadora continúa generando cierta preocupación cuando hace tan solo unos días que regresaba al principado después de permanecer seis meses en su país natal.
Según ha señalado Alberto de Mónaco su estado actual es el resultado «de varios factores que son asuntos privados». También ha querido añadir que se encontraba agotada tanto "física como emocionalmente". "Estaba abrumada y no podía enfrentar los deberes oficiales, la vida en general o incluso la vida familiar". Asimismo ha explicado que ha sido su decisión. "Sabía que lo mejor que podía hacer era ir a descansar y tener un tratamiento médico real. Y no en Mónaco. Por razones de privacidad, tendría que estar en algún lugar fuera de Mónaco».