La princesa Charlène de Mónaco está recuperada del todo. Eso es, al menos, lo que se desprende tras verla en su última salida pública. Aunque en las últimas semanas se ha dejado ver en varios eventos de moda y deportivos del Principado (siempre con su marido y sus hijos), en esta ocasión ha acudido a un compromiso en solitario y referido a uno de los asuntos sobre los que ella siempre ha prestado especial atención: la maternidad.

Charlène de Mónaco saca su lado más maternal (con un vestido bicolor perfecto)
Palais Princier.

La esposa del príncipe Alberto ha visitado el ala materno-infantil del Hospital Princesa Grace, en un recorrido organizado por la Cruz Roja de Mónaco. Charlène estaba fantástica con un vestido cóctel en blanco y negro de la firma Akris, una de sus preferidas, junto a unas sandalias de finas tiras también bicolor.

La complexión atlética de la princesa, sumada a los favorecedores kilitos que ha ganado durante su convalecencia tras un año muy complicado por diversos problemas de salud, hacen que ahora la sudafricana vuelva a aparecer tan glamourosa como antes. Pero lo más importante, sin duda, es su sonrisa.

Charlène de Mónaco saca su lado más maternal (con un vestido bicolor perfecto)
Palais Princier.

Si antes se la veía a menudo con gesto lacónico y la mirada inundada de tristeza, en los últimos tiempos Charlène muestra un estado de ánimo mucho más positivo. Tras recibir ayuda en una clínica de Suiza, donde ha permanecido ingresada cuatro meses, su mejoría es evidente. Eso y poder volver con su marido y sus dos hijos, por cuya separación física ha sufrido tanto. De hecho, gracias a esto ha podido retomar su agenda oficial poco a poco, gradualmente, hasta ir recuperando el ritmo normal.

Durante la visita a este hospital, Charlène de Mónaco se mostró muy cariñosa y cercana. Tras saludar al personal, felicitó y habló con los nuevos padres, que estaban allí con sus bebés. Por supuesto, los gestos más delicados fueron para los recién nacidos, a los que observó con una ternura infinita mientras se le iluminaban los ojos. Sus mellizos, Jacques y Gabriella, ya tienen siete años y quizás le vinieron bonitos recuerdos, pues además ella  dio a luz en ese mismo lugar.

El pasado fin de semana la princesa Charlène causó baja durante el Campeonato de Saltos de Montecarlo, una cita hípica en la que el príncipe Alberto estuvo acompañado por su hermana la princesa Carolina y varios de sus sobrinos. Después incluso su cuñada viajó con su esposo hasta Viena para asistir a la ópera. La esposa del monarca volvió a estar en boca de todos por ello.

El pasado 1 de julio Charlène y Alberto celebraron su 11º aniversario de boda. El año pasado no pudieron festejar juntos su primera década, pues por esas fechas la princesa aún se encontraba en Sudáfrica aquejada de una fuerte infección. Afortunadamente, todo aquello queda en el pasado.

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