El Castillo de Windsor se ha convertido en noticia tras ser asaltado por dos encapuchados. Destrozaron una barrera de seguridad y robaron una camioneta, además de un quad rojo, ambos vehículos guardados en un granero de la fortaleza, muy cercano a la casa de Kate Middleton. La princesa de Gales vive en Adelaide Cottage, una mansión un tanto contenida de la que te hemos hablado en SEMANA con anterioridad. Pero esta vez queremos ir al quid de la cuestión, al de la casa que ahora está en boca de todos: el Castillo de Windsor.
Es una de las propiedades más emblemáticas de la Corona Británica, buena prueba de ello que los restos mortales de la Reina Isabel II y su marido, Felipe de Edimburgo, descansen en su interior. También ha acogido bodas reales como la del príncipe Harry y Meghan Markle y ha sido utilizada como residencia de diferentes royals como Guillermo I el Conquistador o ahora por Carlos III. Tras la muerte de su madre ha decidido pasar más tiempo en esta casa, a la que ha dado un lavado de cara con obras de arte propias o con parte de sus recuerdos.
Situado en Berkshire, a una hora de Londres, ocupa cinco hectáreas y está rodeado de murallas, paredes de piedra caliza que, por cierto, miden más de 15 metros de altura. En su interior alberga millones de secretos, a pesar del incendio que tuvo lugar en el año 1992, una fecha que fue catalogada como elcannus horribilis de la Familia Real Británica. No por los destrozos materiales, que también, sino porque varios de sus hijos decidieron separarse justo en ese mismo año.
El incendio que casi arrasa el Castillo de Windsor
El incendio del que te hablamos duró más de 30 horas y, aunque hubo obras de arte que se salvaron, también se perdieron muchas otras. Un horror del que se pudo salir en cinco años y que pilló a Andrés, duque de York, en el castillo de Windsor. Según contó él mismo, abandonó sus aposentos y se unió al personal de palacio para salvar las pinturas más valiosas que había en esta propiedad de la familia real. Desde un Rembrandt a Van Dyck.
"Tratamos de poner a salvo cuadros, relojes, muebles, todo tipo de objetos irreemplazables, pero el fuego se propagó con una rapidez terrible. Inevitablemente, algo se habrá perdido. Aún no sabemos cuánto. Puedo asegurarles que lo que hemos visto ahí dentro era un desastre bastante feo", explicó el príncipe Andrés. Las llamas se desataron por la mañana, una 'suerte', ya que de haber sido de noche "la destrucción habría sido completa". Eso no quita que se perdieran unos 36,5 millones de libras en daños.
Pero, ¿cuál fue el origen? Según se reveló, hubo un cortocircuito en la instalación eléctrica de la capilla privada de la familia, sin saber el incendio que estaba a punto de liberarse. "El fuego se veía a 20 kilómetros de distancia", dicen. No obstante, años más tarde volvió a convertirse en un hogar y así lo demuestra el hecho de que Isabel II lo eligiera como su refugio durante el coronavirus.
La superficie del castillo de Windsor equivale a 270 pistas de tenis
Actualmente está abierto al público, por lo que cualquiera puede visitarlo, al menos parte del castillo. Y es que para que te hagas una idea de su dimensión su superficie total equivale a 270 pistas de tenis. Es este espacio el que le permite, por ejemplo, atesorar 18.000 botellas en su bodega o tener en sus paredes 450 relojes repartidos por el palacio o unas 300 chimeneas.
Con más de 775 habitaciones, 52 dormitorios reales, 92 oficinas o 78 baños, el Castillo de Windsor tiene un total de 500 trabajadores para su perfecta conservación. Entre esos empleados están los que velan por la seguridad de esta residencia oficial ubicada en Windsor, la cual ha sido burlada para sorpresa de muchos.
La distancia que separa Adelaide Cottage, la casa de Kate Middleton, del Castillo de Windsor
No pudieron evitar que se robaran dos vehículos y que se perturbara la tranquilidad de la Familia Real Británica. Recordemos que parte de la semana Carlos III duerme en el Castillo de Windsor y que muy cerca, a solo tres minutos en coche, vive Kate Middleton junto a sus tres hijos y a su marido.