La reina Isabel II ha roto la solemnidad de sus apariciones en público al bromear con uno de sus guardias reales más veteranos. Incluso ella misma se ríe de su propia chanza y sus guardias no pueden contener la risa, aunque lo tienen prohibido por protocolo. Vea el divertido vídeo
La reina Isabel II de Inglaterra mide con detalle cada movimiento que da en público, a sabiendas de que si se relaja será objeto de la visión crítica de los tabloides sensacionalistas del Reino Unido y después del mundo. Sin embargo, en ocasiones como esta la soberana se relaja y muestra sin reparo alguno una personalidad bromista y distendida con sus empleados en palacio que sorprende a propios y extraños. Eso es lo que sucedió este lunes cuando la monarca más longeva del mundo, a sus 95 años, no duda en vacilar delante de las cámaras a un miembro de la guardia real que presta servicio en el palacio de Buckingham. Un vídeo que se ha convertido en todo un fenómeno viral en las redes sociales y es que no siempre es común ver a una regente hacer chistes a cuenta de sus empleados y demostrando su agilidad mental para robarle una sonrisa a sus súbditos.
En el vídeo que está dando mucho juego en las redes sociales aparece la reina Isabel II saliendo de una de sus residencias, mientras un grupo de guardias reales flanquean su paso como así marca el protocolo de seguridad. A su paso delante de ellos, la soberana se para frente al más veterano y le pregunta directamente “¿por cuánto tiempo llevas sirviendo?”. La pregunta es directa y el rostro impávido de la monarca no deja dudas de que es seria. El veterano guardia real responde que lleva trabajando a su servicio desde hace “27 años”, a lo que la reina Isabel II responde con picardía “eso parece”. Lo dice con picardía y sin poder evitar romper a reírse ante su propia ocurrencia.
Lo insólito del momento se ha hecho viral y es que no es común ver a la reina Isabel II dirigirse así de directa a sus trabajadores en público y menos para tener un gesto de chanza con ellos. Tan insólito es que incluso los propios guardias reales no pudieron contener la sonrisa ante lo sucedido y eso que están entrenados para no mostrar emoción alguna en sus rostros. Una sorprendente faceta cómica de la soberana que ha causado furor, aunque ya hay quien ha aprovechado para criticarla al considerar que le ha humillado innecesariamente, aunque se trate de una broma sin malicia que muestra más su cercanía, que su intención de ofender.