A lo largo de su vida, la princesa Carolina de Mónaco ha sido una de las royals europeas que más veces ha pasado por el altar. En menos de tres años, la princesa celebró dos bodas que eran muy distintas entre sí, en la década de los años ochenta, y unos años más tarde, celebró su tercer enlace con Ernesto de Hannover, el cual tampoco llegó a buen puerto. Tres bodas reales, dos vestidos de Dior y un traje de Chanel y tres celebraciones completamente diferentes han marcado la vida sentimental de Carolina de Mónaco. Sigue leyendo para descubrir cómo fueron sus tres nupcias reales. 

Carolina de Mónaco

La princesa Carolina de Mónaco vestida de novia en su primer enlace matrimonial con Philippe Junot, en 1978

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Su primera boda con Philippe Junot, en 1978

Después de un romance cargado de controversias, la princesa Carolina de Mónaco decidió subirse a altar en 1978 para contraer matrimonio con Philippe Junot. La prensa de la época asegura que sus padres, el príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, no aprobaron dicho enlace: Philippe era 17 años mayor que Carolina y en la sociedad recibía apodos como "el hombre playboy" o "el emperador de la noche". Sin embargo, la joven Carolina se enamoró de él y contrajeron matrimonio el 29 de junio de 1978 en una multitudinaria boda.

Una ceremonia religiosa que tuvo lugar en los jardines del Palacio de Montecarlo y que atrajo la atención de medio mundo. Todos los ojos de las monarquías europeas estaban puestos en este enlace al que acudió un total de 800 invitados, entre los que destacaron rostros conocidos de Hollywood y de la alta aristocracia europea, como la actriz Ava Gardner, el fotógrafo y director de cine Gunter Sachs, el actor David Niven o los condes de Barcelona Gunter Sachs. El pueblo también estuvo presente y acudieron más de 5.000 personas a los alrededores del palacio para acompañar a la pareja en su primer paseo como recién casados. Carolina de Mónaco decidió lucir para ese día  el vestido de novia que más repercusión tendría de su trayectoria amorosa: un dos piezas de Christian Dior con flores bordadas, estética boho y un largo velo blanco. De hecho, su hija Carlota Casiraghi rindió homenaje a este primer vestido nupcial de su madre casi cuatro décadas después en su boda con Dimitri Rassam, en mayo de 2019.

Carolina de Mónaco y Philippe Junot

La princesa Carolina de Mónaco y Philippe Junot en su boda, en 1978

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Pero el matrimonio entre Carolina de Mónaco y Philippe Junot no duró demasiado y el tiempo le acabó dando la razón a sus padres, el príncipe Rainiero y Grace Kelly. Las supuestas y continuas infidelidades del "hombre playboy" hacia la princesa fueron el detonante que de la ruptura que tuvo lugar dos años después de su enlace matrimonial, cuando Carolina le pidió tajantemente el divorcio a Philippe. 

El trágico final de su segunda boda con Stefano Casiraghi, en 1983

La familia monegasca si aprobó el romance de la princesa Carolina de Mónaco con Stefano Casiraghi, aunque fuera justo unos meses después de su divorcio con Philippe. Stefano era un heredero multimillonario perteneciente a una familia italiana de renombre, apuesto, educado y muy formal, el joven cumplía todo lo que Grace Kelly y el príncipe Rainiero querían para su hija. De esta manera y sin más premura, la pareja decidió pasar por el altar de forma inminente y se dieron el "sí, quiero" en una boda íntima con solo 30 invitados, en octubre de 1983, un año después del fallecimiento de Grace Kelly. 

Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi

La princesa Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi en su boda, en 1983

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Muchos coinciden en que Stefano Casirashi ha sido el gran amor de Carolina de Mónaco, pese a sus tres enlaces matrimoniales y los varios romances que ha protagonizado a lo largo de su vida. Esta segunda boda fue por lo civil, ya que la princesa todavía no había conseguido la nulidad de su primer matrimonio por parte de la Iglesia. El íntimo enlace, se celebró en el salón de los espejos del Palacio de Mónaco y la princesa volvió a confiar en la firma Dior. Esta vez, fue Marc Bohan, el director creativo de la firma en aquel momento, quien le diseñó el vestido de novia cruzado, en tejido de satén y de corte midi, que lució el gran día de su boda. 

Carolina y Stefano estuvieron juntos durante más de siete años en los que fueron padres de tres hijos, Andrea, Carlota y Pierre Carisaghi, hasta que el destino decidió poner punto y final a su amor con el inminente fallecimiento de Stefano en un accidente de modo acuática. 

16 años después, su tercera boda con Ernesto de Hannover en 1999

Tras su largo duelo y al crianza de sus tres hijos, la princesa Carolina de Mónaco volvió a encontrar el amor en Ernesto de Hannover, el príncipe alemán con el que pretendía construir una unión sólida entre los Grimaldi y los Hannover. La boda se celebró el 24 de enero de 1999, sin previo aviso y de sorpresa. Los príncipes no anunciaron ni se hizo eco del enlace entre el resto de familias reales europeas. La celebración tuvo lugar en el Palacio Grimaldi de Mónaco y fue sumamente íntima, solo acudieron los tres hijos de Carolina, los dos hijos de Ernesto, el príncipe Raniero y su hijo Alberto II de Mónaco, la princesa Antoinette y dos amigos íntimos que hicieron de testigos de la boda. 

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover

La princesa Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover en la foto oficial posterior a su boda, en 1999

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En su última boda, Carolina de Mónaco decidió dejar a un lado los vestidos nupciales de sus dos primeros enlaces y apostó por un traje de dos piezas en gris perla de la firma Chanel. Darse el "sí, quiero" con un traje de chaqueta hizo historia entre el resto de royals. Bajo el traje, la princesa escondía una incipiente barriguita de embarazada. Seis meses después, llegó al mundo la princesa Alejandra de Hannover, la cuarta hija de Carolina y la única en común entre el matrimonio.

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Carolina de Mónaco

Carolina y Ernesto estuvieron juntos casi diez años a los que decidieron ponerle fin de forma amistosa. Desde entonces, la pareja sigue separada aunque unida, ya que todavía no han terminado de formalizar su divorcio. Estos últimos años para Ernesto de Hannover, han sido los más difíciles de su vida tras verse envuelto en escándalos, polémicas y problemas con el alcohol.