Así fue la tumultuosa boda de Fernando Gómez Acebo y Mónica Martín Luque, con Felipe y Letizia como invitados

Hace 20 años que tuvo lugar una de las bodas aristocráticas más tumultuosas que podemos recordar, la de Fernando Gómez Acebo con su prometida Mónica Martín Luque, el sobrino del rey emérito Juan Carlos I. Una boda peculiar con un convite de lujo y una larga lista de invitados a la que no faltó las infantas de España y sus consortes y, por supuesto, los Príncipes de Asturias de entonces, Felipe y Letizia, que estaban recién casados. Te contamos todos los detalles de este memorable enlace matrimonial. 

Fernando Gómez Acebo, hijo de la infanta Pilar de Borbón, y su prometida Mónica Martín Luque se dieron el 'sí, quiero' el 27 de noviembre de 2004, seis meses después de la mediática boda de Felipe y Letizia, en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid. El mismo sacro religioso en el que tan solo dos años antes había contraído matrimonio su hermano Bruno Gómez Acebo con su esposa Bárbara Cano. Fernando llegó a la capilla a las cinco y cinco de la tarde del brazo de su madre y madrina, la Infanta Pilar, luciendo un elegante chaqué con chaleco y corbata de color calabaza, del mismo tono cromático que el vestido de su madre. 

El monasterio estaba a rebosar de gente que se acercaban para ver de cerca los rotros de la aristocracia en un año que había sido el más romántico para la familia del rey emérito, ya que contrajo matrimonio su hijo Felipe y sus dos sobrinos Beltrán y Fernando Gómez Acebo. Entre el tumulto de personas, desplegaron una alfombra con estampado clásico por la que iban desfilando los invitados hasta llegar a la capilla, un desfile que no dejó indiferente a nadie. 

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Infanta Pilar de Borbón

Los primeros miembros de la Familia Real en llegar al aclamado evento nupcial fueron la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. Él llevaba su mítica capa española de color negro y ella lucía un traje de chaqueta y falda, con la chaqueta en tono rojo con pelo integrado y falda de tubo de encaje negro combinado con un pequeño bolso de Chanel. La pareja llegó al convite con el semblante serio, apenas saludaron al público que esperaba a las puertas del monasterio y es que ellos llegaron a la boda de manera independiente al resto de miembros de la familia real.

Sin embargo, los reyes Juan Carlos I y Sofía, los príncipes Felipe y Letizia, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin viajaron en comitiva desde el Palacio de la Zarzuela. El jefe del Estado y la primera dama iban en un coche y los hermanos Borbón y Grecia, junto a sus cónyuges, en otro. Eso sí, ninguno de los vehículos de Casa Real pudo competir en belleza con el Rolls-Royce plateado de Carmen Cervera, la íntima amiga de la Infanta Pilar de Borbón que también estaba entre los invitados de la boda, así como Beatriz de Orleans. Su llegada al monasterio fue impecable y acaparó las miradas de todos los presentes.

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Reina Letizia

Los novios estaban rebosantes de felicidad. Mónica Martín Luque entró en la plaza de la Encarnación del brazo de su padrino, su hermano Ramón, a las seis menos veinte. "Estoy nerviosa… y tengo, sobre todo, unas enormes ganas de ver a Fernando, que me espera ante el altar", comentó la novia a los periodistas que estaban a las puertas de la capilla.

Mónica decidió lucir para su gran día un vestido diseñado por Modesto Lomba, de la firma Devota & Lomba, quien confeccionó un vestido en forma de abrigo en mikado de seda natural con sobrecola de tres metros, con cuello chimenea y los puños vueltos con una capa de organdí de seda plisada a mano. Toda una joya de la costura queescondía el vestido de novia real, una pieza ceñida que ocultó bajo el abrigo durante toda la ceremonia, también cosido en misado de seda y cubierto con organdí. El velo de tul se ribeteó con una fina y sofisticada corona de flores.

En cuanto al maquillaje y al peinado de la novia, se encargó su amiga Maite de Lucas y el peluquero Leonardo Straface. En cuanto a las joyas, la novia lució un collar de esmeraldas, perlas y diamantes con los pendientes a juego que perteneció a su suegra y que había llevado anteriormente ya que al parecer, fue un regalo que le hicieron en su pedida de mano. En cuanto al maquillaje y al peinado, se encargó su amiga Maite de Lucas y el peluquero Leonardo Straface, quien había peinado a Simoneta Gómez Acebo, Bárbara Cano y Laura Ponte anteriormente en sus bodas. El ramo de novia fue montado en cascada con flores blancas por la floristería Hydria de Algete, localidad madrileña que tuvo que dejar Mónica Martín Luque para comenzar su nueva vida matrimonial. 

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Bodas Reales

La lista de invitados fue bastante extensa. Por supuesto, acudieron los cuatro hermanos del novio, Simoneta, Juan, Bruno y Beltrán Gómez Acebo y Borbón, acompañados por sus respectivas parejas del momento, José Miguel Fernández Sastrón, Gabriela de la Rosa, Bárbara Cano y Laura Ponte. Como testigo, Fernandoquiso que fuera expresamente su sobrino Luis, que por aquel entonces tenía 14 años y estudiaba en Inglaterra, le hizo viajar hasta Madrid para firmar como testigo el día de la ceremonia, y así hizo. 

Además, acudieron la Infanta Margarita y su esposo, Carlos Zurita, junto a sus hijos, Alfonso y María Zurita; los príncipes búlgaros Kardam de Tirnovo y Kubrat Panagyurishte y sus mujeres, Miriam de Ungría y Carla Royo-Villanova. Después de la ceremonia religiosa concelebrada por el padre Santiago Fernández del Campo, la pareja de recién casados y sus 350 invitados se dirigieron a la finca Soto de Mozanaque, propiedad del duque de Albuquerque, donde el catering Mentidero de la Villa sirvió una espectacular cena de lujo con fin de fiesta incluido.