Han pasado 25 años desde que Alexia de Grecia y Carlos Morales celebrasen su boda real por todo lo alto. Es probable, que este haya sido el acto oficial más importante y multitudinario de la vida de Alexia de Grecia, que desde entonces, ha mantenido un perfil bajo, acudiendo solo a los actos oficiales imprescindibles y centrada en su vida familiar en Lanzarote. Pero el día de su boda fue a todo lujo, la ceremonia se celebró en Londres y acudieron representantes de todas las casas reales europeas, de la aristocracia y de la nobleza. Sigue leyendo para conocer todos los detalles de la boda real de Alexia de Grecia y Carlos Morales.
La primogénita del rey Constantino y Ana María de Dinamarca, y el arquitecto canario se dieron el 'sí, quiero' en la la catedral ortodoxa de Santa Sofía de Londres el 9 de julio de 1999. Recordemos, que la boda salió adelante contra todo pronóstico, ya que la princesa Alexia sufrió un accidente en un barco justo un mes antes del enlace que derivó en un clavícula rota y un brazo en cabestrillo. Aún así, la boda real se celebró y se convirtió en una de las más importantes de la Familia Real griega a ojos de Europa. Y la noche previa al enlace, los novios celebraron una espectacular cena de gala para recibir a sus invitados que acaparó todas las miradas de la prensa de la época.
Entre los invitados de lujo a este multitudinario enlace matrimonial acudieron los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía, el rey Felipe VI y sus hermanas, las infantas Elena y la mayor confidente de Alexia, la infanta Cristina con sus respectivos esposos. De la realeza europea acudió Carlos Gustavo de Suecia y la reina Silvia, la reina Sonia y Haakon de Noruega, la reina Noor de Jordania, el gran duque Juan y la gran duquesa Josefina Carlota de Luxemburgo, Margarita II de Dinamarca con su esposo el Príncipe Henrik y su hermana la princesa Benedicta, ambas hermanas de la madre de la novia. Y por supuesto, también acudió la reina Isabel II de Inglaterra y su marido, el duque de Edimburgo, acompañados por su hijo, el actual rey Carlos III.
Un vestido de novia con joyas históricas de la Familia Real
Para el día de su boda, Alexia de Grecia lució un vestido nupcial de estilo clásico muy simple, sin elementos decorativos en exceso para realzar la figura y belleza natural de la princesa. El vestido, firmado por la casa de costura de Inge Sprawson, tenía un diseño de corte liso, con líneas rectas y limpias, ceñido a la cintura y con un escote en forma de pico que era lo que más llamaba la atención. Como únicos adornos, destacan los botones enriquecidos con abalorios cosidos en los puños y la espalda. La pieza nupcial era de mangas largas y estaba cosida en un tejido satinado con brillo.
El vestido contaba con una larga cola nupcial de casi cuatro metros de largo, acompañada de un precioso velo blanco de encaje irlandés que cubría la espalda y el rostro de la novia. La tiara y el velo pertenecieron en su momento a Margarita de Connaught, prima de la reina Victoria Eugenia y bisabuela de Alexia, que tanto su abuela como su madre de Alexia había lucido en sus respectivas bodas reales pasando esta joya ancestral de generación en generación.
La tiara, firmada por la joyería francesa Cartier, esta compuesta de diamantes que dibujan ocho volutas de laureles. Esta pieza, podría considerarse una versión anterior y más fina de la diadema Cartier de la familia real española. Fue encargada en los años veinte por la reina Victoria Eugenia a la casa de joyas francesa, y fue estrenada por Margarita de Connaught en su boda con Gustavo VI Adolfo de Suecia en el año 1905.
La boda fue seguida de un banquete nupcial en cuya recepción tuvo lugar en Kenwood House, palacio situado en el barrio de Hampstead y que actualmente se encuentra abierto al público como museo. Sin duda, los novios fueron los protagonistas de la boda, pero inevitablemente muchos invitados les robaron un poco de atención con sus estilismos. Inevitablemente, la infanta Elena de Borbón fue una de ellas a pesar de la profunda amistad y del parentesco que guarda con las infantas de España.
La Familia Real española impactó en la boda de Alexia
La infanta Elena dejó a todos con la boca abierta con el look que había decidido llevar a la boda de su prima, Alexia de Grecia con el arquitecto canario Carlos Morales. La infanta acudió con su entonces marido, Jaime de Marichalar, luciendo un traje de tweed en blanco con falda y chaqueta entallada, y una llamativa pamela de plumas de avestruz de un gran tamaño que fue la protagonista de su look, convirtiéndola en una de las mejores vestidas entre las invitadas. En cambio, la infanta Cristina, la mayor confidente de Alexia de Grecia, estaba a punto de dar a luz a su primogénito, Juan Valentín, y acudió junto a Iñaki Urdangarín con un vestido capa en azul, de gasa y con transparencias, con complementos a juego, incluidos sus guantes largos al más puro estilo Jackie Kennedy.
Elegantes y acertados, así fueron don Juan Carlos I y doña Sofía a la boda de Alexia y Carlos. La reina emérita se decantó para esta ocasión por un traje de falda y chaqueta de color marrón metalizado adornado con una gran flor en la solapa de la chaqueta. Lo combinó con un colgante de rubí cabujón heredado de su madre siendo una de las pocas invitadas en no llevar tocado o pamela.
Han pasado 25 años de este día tan feliz en la vida de Alexia y Carlos Morales. Fruto de este matrimonio, han nacido cuatro hijos, que son el orgullo de la pareja: Arrietta (22), Ana María (20), Carlos (18) y Amelia, de 16 años. Durante este tiempo, la familia ha cambiado varias veces de domicilio, ya que residieron durante unos años en Barcelona hasta decidieron trasladarse a la isla natal de Carlos Morales, Lanzarote. Allí, Alexia y su marido han formado una familia numerosa en la preciosa casa-palacete en la que viven frente al mar, que ha sido diseñada por el propio Carlos Morales. La relación de Alexia de Grecia y su prima favorita la infanta Cristina no ha dejado de consolidarse durante estos años. Además de en celebraciones especiales como aniversarios, bautizos y bodas, hemos podido ver a las dos primas disfrutar juntas de su tiempo libre en las numerosas visitas de la infanta a Lanzarote o de Alexia a Madrid.