Continúan sin cesar los homenajes a la reina Isabel ii de Inglaterra tras su muerte, acaecida el pasado 8 de septiembre en Balmoral. No solo en su propio país, donde avanzan los diferentes eventos protocolarios hasta su funeral, el próximo lunes 19 de septiembre, sino también en el resto del mundo.
La última de los 'royals' en presentar sus respetos públicos ha sido la princesa heredera Elisabeth de Bélgica, hija de los reyes Felipe y Matilde. Una muestra más de que las nuevas generaciones de la realeza tienen en la soberana británica un excelente referente de servicio.
Las diferentes Casas Reales le rinden tributo a Isabel II a través de diferentes gestos (mensajes, misas, etc) en reconocimiento a un reinado ya legendario de más de 70 años. La princesa, de 20 años, ha acudido a la residencia del embajador británico en Bruselas para presentar sus respetos de manera oficial.
De luto, vestida con un elegante vestido lápiz con volantes en el escote, de la firma Paule Ka, peinada con moño y pendientes de perlas, Elisabeth ha vuelto a representar a la Familia Real de los belgas con la mejor de sus caras. Ella es la primera de su quinta entre los herederos europeos en empezar a tener una agenda oficial activa.
Aunque sigue cursando sus estudios de Historia y Política en la Universidad de Oxford (ya está en el segundo año), la duquesa de Brabante mantiene sus compromisos institucionales en la medida que puede y, además, cada vez tiene una mayor presencia. Tampoco deja de lado su formación militar, como hemos visto este verano, en el que ha participado en un campamento junto a sus compañeros de la Real Academia Militar.
Elisabeth, la mayor de los cuatro hijos de los reyes belgas, se sentó en un salón de la sede diplomática británica para firmar en el Libro de Condolencias habilitado para la ocasión. En una de sus páginas escribió, en inglés, un sentido mensaje de recuerdo para Isabel II, su tocaya.
En el mismo se podía leer que la soberana había sido "una fuente de inspiración para muchos de nosotros, jóvenes y mayores. Me uno a los millones de personas de todo el mundo que lamentan la pérdida de una extraordinaria personalidad, cuya ejemplaridad ha tenido un profundo impacto en las generaciones más jóvenes". La princesa termina su escrito firmando en nombre de sus padres, los reyes, y de ella misma, expresando su pesar y cariño a la familia Windsor.