El Palacio de Christiansborg, situado en Slotsholmen, Copenhague, fue el escenario de la primera gala de Estado ofrecida por Federico y Mary como Reyes de Dinamarca. Se trató de un gran banquete en honor a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, en el que la reina danesa brilló con un espectacular diseño en azul noche, compuesto por un  cuerpo de abalorios del diseñador danés Jesper Høvring que combinó con una falda de Oscar de la Renta confeccionada en satén y con volantes. Sin embargo, una invitada eclipsó, por desgracia, a la mismísima Reina de Dinamarca al sufrir un revés de salud en mitad de la cena de gala.

Momentos antes de que los Reyes hicieran su entrada triunfal en la cena de gala, una invitada sufrió un desmayo y estuvo inconsciente varios minutos. Ann Vad Jensen, la mujer del primer vicepresidente del Parlamento danés, el socialdemócrata Leif Lahn Jensen, sufrió un revés de salud poco antes de que diera comienzo este importante acto en la agenda de Federico y Mary de Dinamarca. La mujer fue invitada al evento junto al resto de miembros del gobierno danés, los principales políticos islandeses y otras personalidades del país. 

Minutos después de entrar en la sala donde iba a tener lugar la cena, Ann comenzó a sentirse indispuesta. Según apuntan, tan solo le habían dado un solo vaso, del que probablemente no había bebido mucho, y anduvo hablando con algunos rostros de peso en el país. Poco después se acercó hasta su marido y le dijo: "Me siento un poco rara", revela el propio vicepresidente del gobierno, quien consiguió una silla y un vaso de agua para su mujer, muy pendiente de su estado de salud. 

Una invitada a la cena de gala sufrió un desmayo en Palacio

Viendo que eso no era suficiente, Leif Lahn Jensen pidió al equipo de Palacio poder salir a un balcón para respirar aire puro e intentar refrescarse. Durante el camino, sufrió un desmayo, que hizo que se viviera un angustioso momento en Palacio. "Por suerte logré agarrarla antes de que cayera, así no se golpeó", revela el político, muy preocupado. 

Personas que se encontraban en los alrededores del suceso, se apresuraron a ayudar a la mujer de 54 años que yacía en el suelo tras desmayarse. Según su marido, estuvo inconsciente varios minutos. "A mí me pareció mucho tiempo, porque te pones un poco nervioso cuando tu mujer está tumbada y inconsciente", aseguraba al medio 'Se og her'. Afortunadamente, todo quedó en un gran susto y la mujer del vicepresidente danés logró recuperarse en la cocina, donde se sentó y se recuperó tranquilamente. De hecho, fue tal su recuperación que la pareja hasta pensó en quedarse en la fiesta el resto de la noche. Sin embargo, creyeron que era más conveniente marcharse a casa y relajarse después del gran susto que vivieron en Palacio. 

Al día siguiente, la mujer, de 54 años, acudió a su médico y tras realizarle las pruebas pertinentes, vieron que no había signos inmediatos de que hubiera alguna razón grave detrás de su repentino desmayo. Afortunadamente, todo quedó en un gran susto y ambos continúan con su vida después de convertirse en los protagonistas de una noche en Palacio. 

Las espectaculares joyas de Mary de Dinamarca

Gtres

Las grandes joyas que usó Mary de Dinamarca en su última de cena de gala

Dejando de lado este gran susto que tuvo lugar momentos antes de que Federico y Mary de Dinamarca entraran en el gran salón donde tuvo lugar la cena de gala, lo más destacado habitualmente de este tipo de eventos es la joya elegida por la Reina. En este caso, lució en esta ocasión la tiara Pearl Poire, que estrenó en su visita de Estado a Noruega el pasado mes de mayo y que está reservada únicamente a las Reinas de Dinamarca.

Esta pieza fue una de las favoritas de la reina Margarita II y consta de 18 perlas que tienen forma de pera y cuelgan de diferentes arcos repletos de diamantes. Tiene una estructura muy similar a la británica Lover’s Knot, una de las diademas favoritas de la princesa Diana y de Kate Middleton. Esta tiara viene acompañada de un collar que supera en tamaño al resto de piezas y unos pendientes a juego, que son de todos menos discretos.

Sin embargo, Mary de Dinamarca eligió, por primera vez, el collar de chatones de la familia real al que se le conoce como Rivère. Un nombre que se debe a su "río" de 21 diamantes solitarios de gran tamaño. Una hoya que perteneció a Ana de Orange y posteriormente fue su hija, Luisa de Suecia, quien quiso integrarlo en el joyero real danés tras su matrimonio con Federico VIII. Los pendientes elegidos llegaron al joyero de la misma forma, pues también pertenecieron a Ana, y cuentan con un gran diamante del que cuelga otro en forma de pera.