El tercer martes de septiembre es una fecha especial en Holanda. Es el Prinsjesdag, el Día del Príncipe, en la que se celebra la democracia en los Países Bajos y la apertura del año parlamentario. Se trata de una fiesta en la que este año, por primera vez, ha participado Amalia de Holanda. La hija de los reyes Máxima y Guillermo de Holanda ha debutado este martes 20 en uno de los actos institucionales más importantes del año para la Familia Real neerlandesa. Acompañada de sus padres y de sus tíos, los príncipes Contantijn y Laurentin, la Princesa de Orange ha deslumbrado a todos con su traje de gala, en carroza de cristal, y luciendo espectaculares joyas de familia.
Enfundada en un vestido color verde botella, Amalia de Holanda ha lucido unas joyas en la misma tonalidad. Se trata de las esmeraldas de la reina Guillermina que datan de 1899 y que fueron un regalo de la reina Emma a su hija. El conjunto, formado por collar y pendientes, formaba parte de la dote de la princesa Guillermina de Prusia por su boda con el príncipe Guillermo en el siglo XVIII. El collar, con diamantes y esmeraldas, es una de las joyas que su madre Máxima suele llevar, que también lleva a juego una espectacular tiara. La Princesa ha llevado también la cinta y la gran cruz de la Orden del León de los Países Bajos. Un look radiante con el que ha celebrado por todo haber cumplido la mayoría de edad (cumplió 18 años el pasado mes de diciembre).
El 'estreno' de Amalia en esta fiesta se debe a que ya es oficialmente adulta. Una vez cumplida la mayoría de edad puede formar parte de este importante día para los habitantes del país. este martes ha aparcado las clases en Ámsterdam, donde estudia el primer año de Política, Psicología, Derecho y Económicas (PPLE), para acudir a su primer Prinsjesdag con sus padres y sus tíos.
Máxima de Holanda, por su parte, ha lucido un elegante vestido largo en color gris con cuello tipo smoking y un chal y resto de complementos al tono, al igual que su tocado. Ha portado la gran cruz de la Orden del León.
Uno de los detalles que han marcado esta cita es el paseo de los miembros de la Familia Real de los Países bajos en el Carruaje de Cristal. En él se han trasladado al Teatro Real, donde el Rey ha pronunciado el discurso al trono con el que da por inaugurado el año parlamentario y ha dado a conocer el programa del Gobierno. Asimismo, se han hecho públicos los presupuestos del Estado. Este año, debido a las obras que están renovando el Binnenhof, la lectura del 'discurso del trono' no ha tenido lugar en el Ridderzaal, sino en el Koninklijke Schowburg de La Haya.
La carroza, por cierto, tiene los días contados. El pasado mes de enero, el rey Guillermo Alejandro anunció que la Familia Real holandesa no volverá a utilizar este carruaje. La razón por la que se ha tomado esta decisión histórica y sin precedentes es que este vehículo contiene en uno de sus laterales unas ilustraciones llamadas 'Tributo a las colonias', de Nicolaas van der Waay. La obra representa imágenes de esclavos negros adorando a sus amos blancos. Y en ella aparecen, entre otras figuras, una mujer blanca en un trono, rodeada de personas negras inclinadas ante ella dejando obsequios a sus pies en nombre de Surinam y las Antillas. Escenas que acentúan las diferencias raciales y de clase y que han sido objeto de polémicas durante años. Esto explica que el monarca haya optado por finiquitar el uso del carruaje, que forma parte de los símbolos de la Corona de su país.
En este pomposo desfile los han acompañado el ayudante general, el palafrenero y el presidente de la fundación Escolta de Honor de la Cavalerie. Después de interpretar la canción de Hussar, la escolta de honor se ha trasladado a la plataforma para la procesión. Una vez que el estandarte del regimiento de Húsares Princesa Catarina Amalia pasa por la plataforma se procede a descender el estandarte y el Rey devuelve el saludo de honor.