La menor de los cuatro hijos de Carolina de Mónaco está disfrutando de unas estupendas vacaciones. Para ello se ha marchado a Saint Tropez, uno de los lugares más exclusivos de la Costa Azul, y en la mejor compañía: la de su novio, Ben-Sylvester Strautmann. La pareja lleva más de cuatro años de relación y continúa viento en popa. Solo por su juventud (Alexandra cumplirá 22 años el próximo 20 de julio) no pensamos en una boda en un breve plazo, pero quién sabe...
Ahora que las restricciones sanitarias a causa de la pandemia han podido relajarse un poco, los jóvenes han encontrado el momento perfecto para dedicarse esta escapada. Por otra parte, el mes de junio suele ser su favorito para pasar unos días en este enclave francés. Allí no solo no se ocultan, sino que es frecuente verles acudir a diario a la playa, salir en yate por los alrededores e incluso hacer la compra en los establecimientos cercanos. Además, su perrito siempre les acompaña. En Saint Tropez también cuentan con un buen grupo de amigos, con los que suelen quedar a navegar por el día y luego a cenar.
El yate no es cualquiera, sino el de la propia princesa Carolina. Hablamos del famoso Pacha III, que le regaló Stephano Casiraghi en 1989 y que esta, amablemente, le cede a su hija para darle uso.
Alexandra de Hannover es una chica tranquila, sonriente y bastante discreta. Nada que ver con el temperamento explosivo de su padre, Ernesto de Hannover, quien ha tenido numerosos problemas a raíz de sus arranques de ira, sobre todo contra la prensa. Tampoco en el seno familiar las aguas son mansas. Recordemos que este año incluso demandó a su hijo mayor, Ernesto Augusto (hermano de Alexandra), por "ingratitud" al gestionar mal el patrimonio que le había donado varios años antes.
Ben-Sylvester Strautmann es el primer novio conocido de la joven y parecen ir muy en serio. Aunque Carolina de Mónaco se casó con 21 años con el 'play boy' Phillipe Junot, su hija menor no parece muy inclinada a precipitarse hacia el altar, aunque esta relación ya se la pueda considerar totalmente consolidada.
El joven nació en el seno de una familia alemana de millonarios relacionados con la banca, aunque siendo él pequeño se trasladaron a Mónaco. Con casi dos metros de altura, ha jugado al baloncesto, llegando a formar parte de la selección monegasca sub-18, y también es un apasionado de la música. Desde hace tiempo conoce a la familia de su novia, con la que está perfectamente integrado y hasta pasan vacaciones juntos.
Alexandra y Ben-Sylvester llevan más de una semana en Saint Tropez, donde hemos sido testigos de su complicidad. Felices y relajados, disfrutando del sol y el mar con su mejor estilo.