Las dudas sobre la estabilidad en la relación del príncipe Alberto de Mónaco y Charlène han sonado con fuerza incluso antes de su boda, al especularse con la idea de que la exnadadora podría haberse dado a la fuga antes de pronunciar sus votos y jurarle amor eterno a su esposo. De eso hace ya diez años. Ahora, estos rumores vuelven a sonar con fuerza y desde Alemania se asegura que el matrimonio está roto. Los príncipes de Mónaco no han celebrado su décimo aniversario como se merecía y como han hecho en anteriores años, sin ser una cifra tan redonda y clave para ellos, aduciendo problemas médicos de la princesa Charlène, así como por encontrarnos en medio de una pandemia mundial. Sin embargo, desde el diario germano ‘Bunte’ se da por seguro que su relación se ha roto definitivamente, tras no haber podido encontrar un nexo de encuentro después de sufrir una profunda crisis matrimonial.
Aunque en un primer momento la idea de una noticia falsa siempre llega a nuestra mente al tratarse de una pareja de real condición, lo cierto es que la revista ‘Bunte’, que ha realizado un amplio despliegue por este motivo en su edición de papel, cuenta con fuentes de toda solvencia en el palacio monegasco y suele seguir muy de cerca los avatares de la vida de la familia principesca de los Grimaldi. Alemania carece de familia real y es por eso que centra en numerosas ocasiones su atención en la realeza extranjera, también en la española, pero esta vez el motivo de su preocupación está en la estabilidad del matrimonio formado por el príncipe Alberto y la princesa Charlène la cual, según ellos, está rota definitivamente. Pero no lanzan sin más la noticia, sino que ofrecen varios motivos para sustentar su tajante afirmación.
Los rumores de una posible separación entre el príncipe Alberto de Mónaco y Charlène llevan semanas sonando en el principado. Estos han sido parcialmente sofocados al desvelarse el diagnóstico clínico de la princesa que le obliga a permanecer en Sudáfrica alejada no solo de su esposo, sino también de sus hijos. Allí fue para amadrinar una campaña en protección de los rinocerontes, aunque desde la citada revista alemana se asegura que su viaje fue anterior a esta iniciativa y que lleva allí, separada de su familia, más tiempo del que han querido justificar. Esta revelación que ha pululado entre los ciudadanos de Mónaco ha tratado de sofocarse con constantes interacciones en las redes sociales en las que el matrimonio se felicitaba por sus diez años de supuesto feliz matrimonio, con videollamadas entre Charlène y sus hijos que han enternecido a todos y publicaciones sobre la inestimable labor de la princesa en su lucha por proteger a los rinocerontes de los cazadores furtivos. Pese a ello, desde ‘Bunte’ no dudan en calificar esto como una estrategia de ‘cortina de humo’ para desviar la atención.
Tanto tiempo llevaría la princesa Charlène en Sudáfrica, que cuando se celebró el funeral por el rey zulú Goodwill Zuelithini, ella ya estaba allí tiempo antes. Se destaca que la última vez que se la vio en suelo monegasco fue el pasado 9 de febrero, cuando acudió a un encuentro deportivo en compañía del príncipe Alberto. Cinco meses han pasado desde entonces. Pero desde la revista ‘Bunte’ se asegura que la separación entre los príncipes de Mónaco se lleva perfilando incluso desde antes, desde noviembre, cuando comenzaron a realizar unos supuestamente sospechosos movimientos en palacio que allanaría el terreno para su especulado divorcio.
Se señala la figura de Claude Palmero, un administrador de activos cercano a Alberto de Mónaco y considerado un ‘solucionador de problemas’ y que tiene lazos con una empresa del hermano de Charlène, Sean Wittstock. Una empresa centrada en administrar bienes y que ahora busca expandirse a Sudáfrica, lo que ha hecho sospechar a la revista alemana de que se prepara la instalación definitiva de la princesa en el país africano, porque resultaría extraño este movimiento si no poseen aquí una residencia. Es más, se asegura que la princesa lleva tiempo buscando casa en Johannesburgo, una de las tres capitales de Sudáfrica, lo que vendría a validar esta sospecha de que los príncipes de Mónaco planean separar sus caminos, al menos por ahora geográficamente. Pero no es la única pista que la revista alemana tiene para sentenciar que preparan el anuncio de su divorcio. Hay más.
Esta segunda evidencia que sustenta la revista germana su sentencia de que el matrimonio entre el príncipe Alberto de Mónaco y Charlène está roto es que la propia princesa ha confesado a sus amigos sudafricanos, con los que ha compartido ahora mucho tiempo, su deseo de ampliar sus negocios en su país natal. Algo que no podría llevar a cabo sin que pase largas temporadas en la región y que le separaría más aún de Mónaco y de su marido. ¿Anunciarán su divorcio en breve o es tan solo una elucubración de la prensa vecina? Habrá que esperar…