Estas Navidades están siendo muy diferentes para los Grimaldi. Y es que al fin han podido disfrutar de la presencia de Charlène de Mónaco, ya recuperada de los graves problemas de salud que ha padecido, y que hicieron que el año pasado no pudiera estar con su familia en fechas tan señaladas. Ahora que la princesa ha recuperado su agenda oficial, hemos podido verla más que nunca cumpliendo con sus compromisos y luciendo un aspecto inmejorable. Sin embargo, pese a toda esta felicidad, estos días también les ha sacudido la pérdida de una persona muy especial para todos ellos.
El propio Alberto de Mónaco hacía público un comunicado lamentando la muerte de Monseñor Bernard Barsi, el arzobispo emérito del Principado, además de teólogo y filósofo. Este falleció el pasado 28 de diciembre, a los 80 años, de un ataque al corazón, dejando una profunda huella en quienes le conocieron. Entre ellos se citan Alberto y Charlène, quienes se dieron el "sí, quiero" ante él, el 2 de julio de 2011. El 10 de mayo de 2015 también se ocupó del bautizo de sus mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella. Ya en 2005 había presidido el funeral por el anterior monarca y padre de Alberto, el príncipe Rainiero III.
El religioso se retiró en 2020 en Niza, su ciudad natal, después de dos décadas de servicio en el Principado. Un tiempo esencial en el que estuvo muy cerca de la familia Grimaldi, prestándoles apoyo espiritual. "Hemos conocido con una profunda tristeza y gran emoción la desaparición de Monseñor Bernard Barsi...", así comienza la nota oficial, firmada por el propio Alberto. "En estas horas de dolor, el príncipe y la princesa desean honrar la memoria de aquel que, durante veinte años, ha acompañado a la Familia Soberana, en el plan espiritual y pastoral, en los momentos más importantes de la historia reciente del Principado", termina.
El Principado es un pequeño Estado que se define como católico y el príncipe Alberto hace gala de su fe en cada cita importante, pero especialmente cuando cada enero celebran la fiesta de Santa Devota. Por otro lado, durante las Navidades no faltan a las misas habituales, que complementan con actividades de corte solidario, como la tradicional entrega de regalos a las personas más desfavorecidas.
Alberto y Charlène también han enviado sus "sinceras condolencias" por la pérdida a la familia del arzobispo emérito, así como "a clérigos y laicos para los que era muy querido".