Hay gestos sutiles que dicen mucho más que un look entero, y uno de ellos (lo sabemos bien) es la manicura. Las manos hablan, y en el caso de Vicky Martín Berrocal, lo hacen con acento glazed y mucha intención. Porque sí, mientras medio país sigue debatiéndose entre el rojo pasión y la clásica manicura francesa, ella va y nos lanza una nueva obsesión: uñas brillantes, delicadas, con efecto donut… y absolutamente favorecedoras.

La manicura glazed (también conocida como efecto glaseado o 'donut nails') se ha convertido en el nuevo básico elegante. Y no es casualidad que una mujer como Vicky Martín Berroca la haya elegido. ¿Por qué? Porque rejuvenece, estiliza las manos, y tiene ese punto de sofisticación sin esfuerzo que tanto cuesta encontrar.

Pero lo mejor es que no se trata de una moda solo para veinteañeras de TikTok. Esta tendencia brilla especialmente en manos más maduras, donde el acabado perlado refleja la luz de forma suave, disimula imperfecciones y aporta un puntito pulido que rejuvenece al instante. Sin estridencias, sin colores agresivos, sin necesidad de tener las manos increíblemente perfectas.

Manicura Vicky Martin Berrocal

La manicura glazed de Vicky Martín Berrocal: brillo sutil, elegancia total.

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¿Y si la manicura más rejuvenecedora fuera esta?

La clave de la manicura glazed está en ese acabado ultra brillante, casi de porcelana, que da la sensación de uñas hidratadas, cuidadas y con un glow sutil pero muy presente. No es un esmalte con purpurina ni un brillo cualquiera: es un efecto 'esmaltado glaseado' que se consigue con una base lechosa, un toque de pigmento perlado (a veces nacarado), y un buen top coat que selle todo con acabado espejo. ¿El resultado? Uñas frescas, elegantes y con ese aire de piel jugosa… pero en versión cutícula.

Vicky Martín Berrocal las luce en un tono natural, muy suave, casi translúcido, lo que las hace aún más versátiles: combinan con todo, no llaman demasiado la atención, pero sí elevan cualquier gesto. Y lo mejor de todo: es una manicura que no marca líneas, no endurece el aspecto de la mano (como puede ocurrir con los tonos oscuros) y se adapta tanto a uñas cortas como largas.

manicura glaseada

Unas uñas que lo dicen todo sin decir nada. Puro glow.

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Cómo conseguir la manicura glazed en casa (o en el salón)

¿Quieres probar esta tendencia? Puedes pedir en tu salón de belleza un esmalte con efecto glazed o hacerlo en casa con un combo sencillo: base nude o rosa pálido, una capa de esmalte perlado (los hay con efecto iridiscente, nácar o incluso con micropartículas luminosas), y mucho brillo encima. Si tienes lámpara UV, aún mejor: el gel da ese acabado perfecto, tipo porcelana, que dura más y aporta ese toque profesional que lo cambia todo.

Para un resultado más delicado y natural, elige tonos leche, beige suave o rosado claro. Si te atreves con algo más llamativo pero dentro del mismo espectro, prueba con lilas perlados o rosas empolvados con reflejo tornasolado. La clave está en mantener siempre ese efecto jugoso, como de esmalte recién aplicado.

En definitiva, la manicura glazed no es solo una moda viral: es la nueva francesa, el nuevo nude, el nuevo “me he arreglado pero no lo parece”. Y si Vicky Martín Berrocal ya la ha hecho suya, nosotras tomamos nota. Porque a partir de ahora, el brillo no se queda solo en los ojos… también va directo a las manos. Y ahí, se queda.

manicura glazed

Donut nails en su mejor versión: luminosas, suaves y sofisticadas.

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Y recuerda: es imprescindible cuidar tus manos

Una manicura bonita empieza mucho antes del esmalte. Y si hablamos de la glazed, que tiene ese acabado brillante y casi cristalino, más todavía. Porque, seamos sinceras, no hay glow que aguante si las manos están secas, con cutículas rebeldes o piel apagada. Por eso, si quieres que el efecto glaseado luzca de verdad, toca mimar un poco más tus manos.

Lo primero, la hidratación. Aplica crema de manos varias veces al día, sobre todo después de lavarlas. Busca fórmulas con manteca de karité, glicerina o aceites nutritivos, y no olvides extenderla hasta las uñas y cutículas. ¿Un plus? Masajea unos segundos para activar la circulación y potenciar el efecto buena cara… pero en versión manos.

manicura glaseada

Manicura glazed + manos cuidadas = combinación ganadora.

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Segundo paso: exfoliar. Una vez por semana, usa un exfoliante suave para eliminar células muertas y dejar la piel más lisa y luminosa. Puedes usar uno específico para manos o hacer el clásico casero con azúcar y aceite de oliva (sí, funciona).

Y por último, las cutículas. No hace falta cortarlas, basta con empujarlas suavemente y aplicar aceite o sérum específico para mantenerlas flexibles y bonitas. Es ese detalle que marca la diferencia y hace que incluso una manicura sencilla parezca profesional.

¿Quieres un truco exprés? Guarda una mini talla de crema de manos en el bolso. Porque mantener ese brillo hidratado también va de constancia. La manicura glazed es como una joya: cuanto más la cuidas, más luce. Y unas manos bonitas… siempre dicen más de lo que creemos.