Presumir de rostro bronceado es el objetivo. Y para conseguirlo necesitamos proteger, por supuesto, pero también debemos ser prácticos y aprovechar los primeros instantes de exposición solar para tratar y cuidar la salud de nuestra piel. Por fortuna existen productos para antes, durante y después. Incluso los hay con tratamiento anti-aging. Y ese es el mejor aliado para lucir un rostro bronceado y evitar el envejecimiento prematuro desencadenado por el sol.
Presume de rostro bronceado pero sin arrugas
Lo primero que debemos hacer es aprender a disfrutar del sol y hacerlo con cabeza. La Vitamina D que aporta a nuestro organismo es clave para fortalecer nuestros huesos, reforzar nuestro sistema inmunológico, incluso mejorar el funcionamiento cardiovascular… Pero no olvides que exponernos al sol en exceso acelera el proceso de envejecimiento. ¿La última tendencia para evitarlo? La de incorporar filtros solares microencapsulados. Son capaces de bloquear los rayos UVA responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Y también bloquean los UVB, aquellos que provocan el bronceado pero también las quemaduras. Los laboratorios de Sofía Bertrand son los responsables de esta revolución con la que trabajamos en nuestros centros cuidando la piel y preparándola antes de someterse a los rayos solares.
Cuidados después de tomar el sol
Al llegar a casa emplea un producto aftersun que calme y reconforte. Los que contienen péptidos antioxidantes te ayudan a proteger tu rostro bronceado contra el estrés oxidativo, reforzar su barrera protectora y calmar las irritaciones. También te aconsejo aplicar una mascarilla como cura intensiva si notas tu piel más castigada de lo normal. Mejor si la guardas en el frigorífico para añadir un extra de efecto frío. Tu piel te lo agradecerá. Si contienen aloe vera y ácido hialurónico sentirás la potencia de sus agentes antiinflamatorios.
¿Y en cabina? Deep2, el tratamiento que limpia en profundidad, descongestiona y repara. Nada mejor que trabajar las capas superficiales de la piel con 3 fases clave: hidrodermoabrasión, cupping y cromoterapia. De esta manera conseguimos eliminar las impurezas y las células muertas. Nutrimos, equilibramos y protegemos, al devolver a la piel un aspecto jugoso, luminoso y preparado con antioxidantes y nutrientes que restablecen la función de barrera.