Los rodillos faciales se han convertido en una herramienta de gran ayuda a la hora de cuidar nuestra piel. Pero debemos distinguir entre los rodillos de piedras como el jade o el cuarzo rosa y los rodillos de agujas conocidos como dermarroller. Hoy nos centraremos en los rodillos de piedras.
Rodillos faciales, ¿con cuál me quedo?
Los rodillos faciales de jade aportan una energía que equilibra, tiene propiedades calmantes, estimula. Y, es más, desde la medicina oriental, aseguran que tiene propiedades curativas. Su efecto detox ayuda a la liberación y eliminación de granitos y a mejorar la textura de la piel. Por lo tanto, nos ayuda a acabar con esas impurezas que tanto nos molestan.
Sus beneficios son múltiples: efecto detox, relajación muscular, activa la circulación sanguínea. También recoloca, redefine, reduce y previene arrugas y marcas de expresión, drena y combate bolsas y ojeras…
Si nos centramos en los rodillos faciales de cuarzo rosa, nos ayudan a eliminar la hinchazón, liberar toxinas y a mejorar la circulación. Consiguen prevenir la aparición de arrugas. Y son un buena herramienta para combatir el envejecimiento a domicilio. No olvides que se trata de una piedra muy energética y está asociada al amor. Las vibraciones que nos transmite por tanto a la hora de tratar la piel son sensaciones de bienestar.
¿Cómo utilizarlos en casa?
Con la piel limpia debemos aplicar el suero que vayamos a utilizar y empezar a trabajar con movimientos siempre ascendentes. Podemos empezar por el mentón e ir recorriendo la mandíbula. Y seguimos marcando pómulos hasta llegar a la zona final de los ojos con el fin de trabajar también las patitas de gallo. Para trabajar la zona de frente, podemos ir subiendo por la nariz y luego trabajar los laterales de la frente.
¿Cada cuánto deberíamos usarlos?
Mejor si lo usamos a diario, y generalmente por la noche. Por la mañana vamos con prisas y no prestaremos la atención necesaria. Si seguimos las líneas de la musculatura y en movimientos ascendentes nos ayudarán a recolocar y a mejorar el estado de nuestra piel.