Es algo que parece que ya se ha instalado en nuestra mente, pero tiene que convertirse en un mantra: no hay mejor cuidado antiedad que protegerse de los efectos nocivos de los rayos del sol. Por eso debemos concienciarnos de que hay que usar protector solar en el rostro durante todo el año, también en invierno. Y si es con un poco de color, como hay mostrado Lucía Rivera, mejor que mejor.
Protección, tratamiento y color
La joven es imagen de una nueva línea de cosméticos. Por eso, ha mostrado su piel perfecta en unas imágenes en las que apuesta por uno de los productos que se van a convertir en un must en nuestro neceser. Cada vez apreciamos más esos tratamientos que cubren varias necesidades en un solo gesto y por eso, el protector solar con un plus tiene todas las papeleras de volverse un imprescindible.
En este caso, la apuesta es por las BB Cream. Estas formulaciones, en textura ligera y con un toque de color sirven para hidratar la piel y además, dejarla matificada. Este tiempo de cremas fueron la primera generación de una serie de cosméticos que luego se especializaron con las CC Cream y han terminado de rematar la jugada con las DD Cream.
Una ayuda para acelerar los tratamientos
Todas ellas suman ahora, además de el tratamiento y el color una versión más que necesaria porque, como decimos, es el mejor tratamiento para evitar que la piel envejezca prematuramente. Porque ahora todas ellas tienen versiones que, además, incorporan protector solar.
Lo recomendable para que el rostro esté bien protegido es que sea de un factor alto, por eso la mayoría apuestan por un SPF 50. De ese modo nos evitamos problemas derivados de una exposición inesperada a los rayos del sol, porque aunque no haga calor, pueden resultar igual de dañinos para la piel.
Evitar manchas, líneas de expresión y marcas
Así, mientras nuestros tratamientos hacen su trabajo, la piel permanecerá cuidada y protegida, evitando nuevas lesiones. Así es sencillo evitar las manchas, que son algunos de los problemas derivados de una exposición excesiva o lesiva al sol.
Y frente a esto hay que protegerse desde la juventud, porque aunque sean un problema que se suele hacer visible en la madurez, la piel tiene memoria. Así, cualquier daño que le hayamos provocado en la juventud, podrá no manifestarse hasta años después, pero lo que está seguro es que antes o después, lo hará.