¿Manos hidratadas y perfectas? Ese es el objetivo si queremos combatir manchas, sensación de tirantez... Son solo algunos de los motivos por los que nuestra manos reclaman atención. La exposición constante, no solo a los cambios de temperatura sino también a las infinitas tareas que realizan a diario, provocan sequedad extrema, picor, pigmentación… Si eres de las que sigues sin prestarles ni un ápice de atención, ha llegado el momento de que cambies esa rutina.
Cómo conseguir unas manos hidratadas y perfectas
El primer paso es modificar algunos hábitos que empeoran su aspecto. Deja de realizar tareas domésticas sin guantes protectores. Los productos químicos que contienen causan irritación y sequedad. A la hora de lavarte las manos, emplea un jabón neutro que no altere el pH y si fumas, recuerda que no solo altera el tono de la piel sino que también acentúa la aparición de arrugas.
Procura no abusar del agua excesivamente caliente y lleva siempre contigo una crema hidratante. Te ayudará a reparar sin engrasar, evitando grietas y sequedad severa. Mejor si contiene caléndula, un magnífico aliado para revitalizar y mejorar su estado. Sus virtudes son infinitas. Es cicatrizante, recupera la piel dañada y, además, nos ayuda a incrementar la producción de colágeno, fundamental para esa regeneración que necesitan.
Claves para mantenerlas siempre perfectas
Una vez a la semana recuerda que exfoliar es clave. Retiras así células muertas, activas la circulación y recuperas la suavidad perdida. Tampoco descuides el estado de tus uñas, reforzando su salud para evitar la fragilidad. Nútrelas con un aceite natural que favorezca ademas su crecimiento y reduzca la posibilidad de rotura. El de ricino es magnífico por su elevado contenido en Vitamina E que las hidrata y mejora el estado general de tus manos.