A pesar de que los primeros rayos solares ya nos han hecho poder coger un pelín de color, nuestra piel no tiene ese moreno dorado que tanto nos gusta y del que tanto nos gusta presumir. Ya es el momento de ponernos de corto, las minis, los shorts y los vestidos se cuelan en nuestro armario y se convierten en nuestros aliados perfectos para presumir de piernas. Sin embargo, todavía tienes ese temido blanco nuclear que tanto odiamos en este época. Pero no te preocupes, tenemos la solución. Los autobronceadores se convierten en tu aliado para conseguir un moreno de forma rápida y sin poner en peligro a la piel.
Los diferentes tipos de autobronceadores que hay en el mercado
Aunque todavía hay muchas personas reticentes a usar estos cosméticos, con el paso de los años las fórmulas autobronceadoras no han parado de evolucionar y en la actualidad permiten un color a medida y en el tiempo que deseemos. Existen aquellos que te ponen el moreno al instante o de forma gradual. Existen varios tipos de autobronceadores: aquellos en spray, cual ventaja es que su secado es más rápido. Sin embargo, es más difícil de aplicar ya que tienes que ser nivel experto para usarlo bien sin dejarte zonas de piel sin aplicar el producto; en mousse, actúan en torno a las 4 o 6 horas y su textura en espuma resulta muy resfrescante. Necesitarás una manopla para aplicarla; las toallitas, suelen ser únicamente en rostro y se presentan en monodosis; y por último las más comunes, las lociones. Recomendadas para pieles más secas y deshidratadas, ya que además de dar color, ayudan a hidratar la piel tras la ducha. El tono suele ser progresivo y modulable.
No todos los bronceadores protegen del sol
La mayoría de estos tipos de cosméticos no incluyen factor de protección solar. Sino lo indica en el envase, siempre hay que aplicarse un protector. Como se expone en un informe de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) “el autobronceador no estimula la melanina, por lo tanto no genera color natural (que es lo que protege)”.