Tolerancia cero contra las quemaduras solares. Ese es nuestro objetivo este verano. Lo repetimos como si se tratara de un mantra, “protégete del sol, evita la horas centrales del día, comienza con exposiciones breves, y cuida tu piel antes y después”. La lección parece que la tenemos bien aprendida.
Pero, a pesar de todo, aceptamos con demasiada naturalidad que se produzcan algunas quemaduras solares. Un error mucho más grave de lo que imaginamos. ¿Los motivos? Provocan un daño permanente en la piel, acumulan daños, aceleran el envejecimiento.. Y no olvides que causan lesiones benignas pero también la mayoría de las formas de cáncer de piel. Por eso debemos mostrar tolerancia cero frente a las quemaduras solares.
Paso a paso para evitar las quemaduras solares
El primer paso clave es evitar que se produzcan. Siendo sensatos, exponiéndonos de manera gradual y siempre eligiendo un producto que te proteja adecuadamente. Mejor si se trata de un solar antimanchas que prevenga la hiperpigmentación. No quieras adquirir el preciado tono dorado en un solo día. Es el error más frecuente. Mejor si antes de exponerte al sol preparas tu piel con antioxidantes como el ácido férulico que te ayuda a prevenir además el enrojecimiento. También puedes servirte de productos y nutricosmética. Aportarán a tu piel las defensas naturales necesarias y un ligero efecto bronceado. Y no olvides que el tipo de piel, el momento del año y del día, incluso la altitud y la edad influyen a la hora de provocar las quemaduras solares.
Si a pesar de todas las precauciones tu piel sufre enrojecimiento, inflamación, incluso molestias o cierto dolor, ¿qué puedes hacer? Necesitas aliviarla aplicando un aftersun desensibilizante que calme, recupere y alivie de manera inmediata. Mejor si lo enfrías previamente guardándolo en la nevera. La sensación de confort será mucho mayor. Además estarás estimulando las fibras de colágeno y elastina, claves para suavizar arrugas y líneas de expresión.
Evita exponerte de nuevo al sol hasta que la piel esté recuperada y no emplees perfumes, o lociones que contengan alcohol. Y recuerda beber para recuperar el nivel de hidratación que ha perdido tu piel. A la vuelta de tu descanso nada mejor que agendarte un tratamiento que resetee tu piel. Y no olvides revisar de manera periódica su estado poniéndote en manos expertas.