Si hay algo que, con el paso del tiempo, se convierte en una preocupación estética de consulta obligada en los centros de belleza, es ¿cómo puedo combatir la flacidez? Y la respuesta no es única, ya que solo la suma de una dieta saludable, acompañada de ejercicio y, con la ayuda experta de protocolos personalizados, puede darnos los resultados esperados.
Lo primero que debemos saber es que la flacidez es un reflejo de la pérdida de elasticidad y firmeza y que sucede tanto en el tejido muscular como en la piel. La flacidez cutánea, por ejemplo, se muestra cuando se va reduciendo la presencia de colágeno. La muscular es una muestra de que nuestras fibras musculares están perdiendo la capacidad de sujeción que mantenía todo “en su sitio”.
¿Se puede tener flaccidez a cualquier edad?
La respuesta es, por mucho que nos duela escucharla, SÍ. De hecho hay personas, que por su morfología pueden tener flacidez a partir de los 30. Es algo que puede ser genético. Incluso personas excesivamente delgadas, que hacen mucho deporte, pueden tener el tejido a nivel superficial, flácido. Y suele ser más común en mujeres que en hombres.
Cuando hablamos de edades tempranas puede aparecer porque también pueden afectar los cambios hormonales. No debemos olvidar que, especialmente a partir de los 40, la alteración de las hormonas femeninas afectan directamente a la tersura y al tono muscular. Cuando baja el nivel de estrógenos tendemos a sufrir deshidratación y se afina nuestra piel. Al final, todo se traduce en flacidez.
La flacidez, sobre todo, una cuestión de envejecimiento
Pero no nos olvidemos de la causa fundamental de la flacidez: el envejecimiento. A partir de los 30 años la producción de colágeno se reduce. Y con ella desaparece poco a poco la sujeción de los tejidos. A eso podemos añadir otras causas. Las pérdidas de peso, la falta de ejercicio tanto a nivel corporal como facial (en este sentido, es muy efectivo el yoga facial), causan también estragos. La conclusión es sencilla: hay que trabajar duro para mantener la flacidez a raya.
Consejos prácticos para acabar con la flacidez
¿El primero? Recuerda que sobre una piel hidratada es más difícil que se instale la flacidez. Por eso te aconsejo que utilices, por ejemplo, aceite de argán. Es uno de los principios activos más completos que existen. Es rico en ácidos grasos instaurados, los responsables de que nuestras células retengan el agua necesaria. También contiene vitaminas C y E encargadas de neutralizar los radicales libres y aportar una dosis extra de nutrición. Adicionalmente, puedes añadir unas gotas de argán a productos específicos. Para tratar la flacidez deben contener ácido hialurónico, Coenzima Q10 o retinol. La combinación con el aceite de argán será perfecta.
Y algo que no debéis olvidar nunca es que, antes de aplicar vuestros cosméticos, debéis utilizar un guante de silicona para activar la microcirculación. La penetración de los principios activos en ese momento sí será eficaz y el resultado más que visible.
¿Otra clave? No dejes de hacer ejercicio. Y no hablamos solo para combatir la flacidez a nivel corporal. También debes recordar que tenemos músculos en la cara que necesitan hacer deporte. Realizar un masaje facial te ayudará, además, a la estimulación y formación de fibroblastos. Estarás mejorando las fibras de colágeno y consiguiendo, en definitiva, la firmeza deseada. Elige la noche como momento ideal mientras aplicas tus cosméticos. Notarás muy pronto la diferenciay además estarás potenciando la eficacia de sus principios activos.
Si te centras en la mirada, te aconsejo que cierres los ojos, con los dedos índices colocados al final de la ceja, y utiliza de apoyo los dedos pulgares en los pómulos. Solo tienes que abrir bien los ojos y llevar los dedos hacia atrás y hacia arriba. También es eficaz cerrar los ojos con mucha fuerza y empezar a abrirlos despacio mientras levantamos las cejas. Repite la acción varias veces.
¿Otro consejo? Ayúdate de un masajeador manual como el rodillo de jade o de cuarzo. Son aliados perfectos para entrenar nuestra musculatura, activar la circulación sanguínea, y combatir la flacidez. Pero no olvides que tu rutina de yoga facial solo será efectiva si lo trabajas de manera continuada. Es como hacer deporte, si vamos un día al gimnasio y no volvemos en una semana, nunca notaremos los resultados
Tratamientos de cabina: ¿cuáles son los más recomendables?
Trabajar con radiofrecuencia es todo un acierto. Hay personas que musculan mucho, van al gimnasio, hacen mucho deporte, pero el tejido está flácido. El músculo bloquea la circulación sanguínea y linfática y no llegan bien los nutrientes a nivel superficial. Conseguimos grandes resultados cuando se trabaja con constancia.
Lo último en tratamientos de cabina para la flacidez se llama HERA. Se trata de una radiofrecuencia revolucionaria. Consigue un efecto uniforme desde las capas más superficiales de la piel hasta las más profundas. Su sistema de Cell Care System canaliza a través de cuatro tipos de entrega de energía todo su poder desde el interior para llegar al máximo esplendor en el exterior. También nos funciona empezar con LPG, porque es el único aparato que crea ácido hialurónico, con lo que conseguimos redensificar el tejido y, al combinarlo con radiofrecuencia, estimulamos el colágeno y la elastina.