En el universo mediático español, pocas figuras logran mantenerse en el foco como lo ha hecho Mariló Montero. La periodista navarra, con una carrera marcada por la presencia televisiva y una imagen de mujer fuerte y sofisticada, se ha convertido también en un referente de cómo abordar el paso del tiempo con inteligencia estética.
A sus más de 50 años, Mariló no solo desafía las convenciones de la edad, sino que también representa una nueva narrativa de belleza madura que no teme recurrir a la medicina estética para potenciar lo mejor de sí misma.
En los últimos años, su rostro ha evidenciado una serie de cambios sutiles pero notables que han sido tema de conversación tanto en platós como en redes sociales. Lejos de los excesos que suelen empañar la naturalidad de muchas celebrities, Montero ha optado por un enfoque estratégico, equilibrado y elegante.
Su transformación estética no solo responde a una búsqueda de juventud eterna, sino a un deseo claro de armonizar su imagen pública con la seguridad y el empoderamiento que transmite en pantalla.
Un rostro redefinido: el arte de rejuvenecer sin perder identidad
Lo primero que salta a la vista al observar la evolución del rostro de Mariló Montero es la redefinición de los contornos faciales. Las líneas mandibulares más marcadas, la piel más tersa en la zona del óvalo y la desaparición casi total de las arrugas profundas en la frente y el entrecejo revelan el uso de técnicas de lifting facial sin cirugía, como los hilos tensores o la radiofrecuencia fraccionada.
Estos procedimientos, cada vez más populares entre mujeres de su franja de edad, permiten levantar y tensar la piel sin alterar la expresión natural.
Mariló Montero se podría haber hechos procedimientos sin cirujía para afinar y tensar el rostro.
Gtres
Además, se observa una mejora significativa en la calidad cutánea general: una textura más luminosa, poros más cerrados y un tono uniforme que apunta al uso de tratamientos como el láser CO2, peelings médicos y sesiones de mesoterapia con cócteles vitamínicos y ácido hialurónico. Estos gestos, cuidadosamente dosificados, devuelven frescura al rostro sin necesidad de alterar sus facciones.
“Es posible que haya utilizado Radiesse, para combatir la pérdida de colágeno, un procedimiento que se utiliza para conseguir una piel más tersa y recuperar la firmeza del rostro. Además, también ayuda a dar más luminosidad y mantener su aspecto joven y saludable”, explica Olalla Álvarez, enfermera experta en dermoestética y fundadora de la clínica Olalla Álvarez Aesthetic.
El poder del ácido hialurónico: volumen con precisión
Uno de los grandes aliados de Mariló Montero ha sido, sin duda, el ácido hialurónico. Infiltrado en puntos estratégicos, permite restaurar volúmenes perdidos con la edad y redefinir rasgos. “Para restaurar el volumen que se pierde con el paso de los años, ha aplicado rellenos en pómulo y tercio inferior”, confirma la experta.
También se intuye una ligera aplicación en los labios, que han ganado proyección sin perder naturalidad, y en la zona del surco nasogeniano, suavizando las líneas de expresión sin inmovilizar el rostro.
Mariló Montero ha utilizado rellenos de ácido en zonas como los pómulos y los labios.
Gtres
Estos pequeños retoques no solo embellecen, sino que ayudan a mantener la estructura facial firme y juvenil. El secreto, como en el caso de Mariló, está en la dosificación milimétrica y en la elección de profesionales que prioricen la armonía facial sobre la espectacularidad inmediata.
Botox inteligente: expresividad controlada
Aunque Mariló Montero nunca ha confirmado abiertamente el uso de toxina botulínica, la suavización de las arrugas dinámicas del tercio superior del rostro indica que probablemente se ha beneficiado de lo que los expertos llaman “botox inteligente”: microinyecciones que actúan como una especie de borrador estético sin congelar el gesto.
La presentadora podría haber recurrido al botox en el tercio superior del rostro.
Gtres
Esto permite conservar la expresividad —imprescindible para una comunicadora televisiva— y, al mismo tiempo, suavizar las señales más evidentes del envejecimiento. “Si observamos la evolución de su rostro a lo largo de los últimos años, probablemente ha optado por toxina botulínica en el tercio superior, para suavizar las líneas de expresión y las arrugas”, afirma.
Rejuvenecer la mirada: el detalle que transforma el rostro
Uno de los cambios más comentados —y a la vez más discretos— en la imagen de Mariló Montero ha sido la transformación de su mirada. A lo largo del tiempo, sus ojos han ganado frescura, apertura y luminosidad, señal inequívoca de una intervención estética estratégica y medida.
Mariló Montero podría haber recurrido a una blefaroplastia para abrir la mirada.
Gtres
“Se nota una mirada más rejuvenecida y abierta, por lo que quizá, también se ha realizado una blefaroplastia para conseguir una mirada más amplia”, añade la experta en dermoestética.
Asimismo, es probable que se haya recurrido a infiltraciones de ácido hialurónico en la zona de las ojeras para eliminar el aspecto de cansancio y suavizar la cuenca lagrimal. Esta técnica, cuando se realiza con precisión, permite devolver volumen sin generar bolsas ni rigidez.
El resultado en Mariló es una mirada más despierta, joven y serena, que conserva toda su expresividad pero proyecta una sensación de vitalidad renovada. Un ejemplo claro de cómo un cambio mínimo en los ojos puede tener un impacto mayúsculo en la armonía facial.
Una belleza coherente con su discurso
Mariló Montero siempre ha defendido el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, su imagen y su forma de envejecer. Su actitud ante la estética es, por tanto, coherente con su discurso público: una defensa del cuidado, la autoestima y la libertad personal.
Lejos de caer en los extremos, su transformación estética habla de una mujer que se conoce, que se acepta y que no teme mejorar aspectos de su imagen si eso le hace sentir más segura.
En tiempos en los que la belleza parece exigir una eterna juventud, la periodista se presenta como un ejemplo de cómo envejecer con estilo, criterio y, sobre todo, sin renunciar a ser una misma. Porque, en definitiva, los mejores retoques son aquellos que no se notan… pero se sienten.